Bienvenidos una vez más a nuestro espacio agrícola Novamulch. En esta oportunidad estudiaremos en detalle todos los pasos esenciales para cultivar escarolas y lograr óptimos resultados, y además, seremos colaboradores integrados con el equilibrio de nuestro ecosistema haciendo uso de técnicas sostenibles como es el acolchado de papel biodegradable.
Cultivar escarolas es una práctica agrícola milenaria que ha evolucionado desde las regiones del Antiguo Egipto y Mesopotamia hasta los actuales sistemas urbanos de cultivo. Esta hortaliza de hoja, valorada por su sabor ligeramente amargo y su textura crujiente, se adapta a diferentes entornos productivos, desde el campo abierto hasta terrazas, balcones y macetas, lo que la convierte en una opción versátil tanto para agricultores como para los amantes del cultivo doméstico y urbano.
Si diseñamos un proyecto para cultivar escarolas de alta calidad en nuestro mapa de ruta, necesitamos conectarnos no sólo con sus antecedentes históricos, que nos sirve como marco de referencia, sino con las necesidades específicas de estas hortalizas en cuanto a clima, estructura y fertilización adecuada del suelo y manejo del riego.
Seleccionar entre las diversas variedades o cultivares según el lugar y la época del año, será un paso decisivo que marcará no sólo el rendimiento, sino la resistencia al espigado y al estrés hídrico que es un factor delicado para las escarolas. Además, conocer las plagas y enfermedades comunes a estas hortalizas, nos permitirá prevenir pérdidas y mantener la salud del cultivo.
Antecedentes históricos del cultivo de escarolas.
Mesopotamia y Antiguo Egipto.
Uno de los sistemas agrícolas más antiguos de la humanidad ha sido datado en fechas anteriores a 4.000 años, especialmente a lo largo de las regiones del Antiguo Egipto y Mesopotamia. Es en ese entonces cuando aparece el género Cichorium: plantas que, en su forma primitiva, ya eran conocidas y utilizadas en preparados digestivos y medicinales. Inscripciones cuneiformes y diversos registros botánicos sumerios y acadios, muestran vestigios del uso de plantas amargas incluidas en dietas rituales y remedios herbales en forma de infusión.
En los huertos del Imperio Asirio y Babilónico ya se practicaba la agricultura intensiva en las riberas inmediatas a los canales que servían de irrigación, y en las que se cultivaban hierbas comestibles como algunas variedades de lechugas amargas y achicorias, parientes de la escarola.
En los márgenes del Nilo, los antiguos egipcios cultivaban diversas plantas de hoja para aprovechar el limo fértil que quedaba residual al término de las crecidas, y, aunque no existe una mención directa registrada sobre la Cichorium Endivia en los papiros médicos egipcios, se describen varios preparados digestivos elaborados con hojas amargas, entre las cuales se cree que estaban presentes especies silvestres relacionadas con la escarola y la achicoria.
Se han encontrado trazas en jeroglíficos y relieves de tumbas, que muestran la relevancia de este tipo de cultivos, el consumo de estas plantas en crudo o cocidas con propósitos rituales de purificación por sus propiedades depurativas, y su uso en ritos funerarios como símbolo de la resurrección y ofrendas a los Dioses.
Antigua Grecia.
Durante los siglos V y III a de C, el pensamiento griego integró el conocimiento botánico en la medicina, la agricultura y la filosofía. El Padre de la Botánica, el sabio Teofrasto (c. 371–287 a.C.), nos deja testimonio sobre la existencia y uso de diversas especies de hortalizas de hojas amargas cultivadas en huertos griegos, y en sus descripciones se halla mucha similitud con las características específicas de las escarolas y las achicorias, tales como hojas dentadas, sabor amargo, usos digestivos y cultivos en épocas de invierno.
Por otra parte, para la medicina hipocrática este tipo de plantas se consideraban como muy apropiadas para equilibrar los humores del cuerpo, para «enfriar» el estómago y estimular el apetito. Para este entonces, cultivar escarolas comenzaba a ser una práctica habitual en suelos fértiles y bien drenados ubicados en terrazas y al margen de los campos, y se cosechaban antes del tiempo de la floración para evitar el endurecimiento de las hojas.
Antigua Roma.
Los romanos heredan y expanden el conocimiento agrícola de los griegos, y con ello promueven significativamente el cultivo del «Intubus», nombre con el que se conocía la escarola y la achicoria, en los tratados agronómicos de este periodo.
En su obra Naturalis Historia, Plinio el Viejo (23–79 d.C.), hace descripciones específicas sobre el cultivo habitual de diversas variedades de hortalizas de hoja como el Intubus Sativus, y hace comparaciones entre las especies silvestres y las que ya habían sido domesticadas, plantadas en otoño para ser cosechadas en invierno, lo cual es muy similar al ciclo que hoy en día se sigue para cultivar escarolas.
El gran médico Dioscórides (siglo I d.C.), nos deja huellas claras sobre las propiedades medicinales del «Intubos», haciendo hincapié en sus propiedades calmantes y purificantes, debido a su amargo sabor, muy característico de la escarola.
El consumo de escarolas se hizo muy popular en estos periodos, y se consumían cocidas como acompañamiento de carnes y legumbres, o en ensaladas frescas con vinagre y garum, una salsa fermentada de pescado que se utilizaba como condimento salado y aromático, muy similar a nuestra actual salsa de soja o la salsa de pescado asiática. En las antiguas Grecia y Roma, los testimonios escritos nos permiten datar el cultivo de escarolas y su tipificación como especie del género Cichorium.
Edad Media.
Una vez ocurrida la caída del Imperio Romano, se produce un retroceso de todo lo que es el conocimiento agrícola precedente. Sin embargo, en los «Hortus Conclusus» o jardines cerrados de los monasterios, se logra preservar, desarrollar y mantener viva la práctica hortícola, pues estos eran centros de conservación botánica y conservación de semillas. Eran espacios dedicados al cultivo de plantas medicinales y comestibles especialmente en las regiones de Francia, Italia, Alemania y la Península Ibérica. Las especies de hoja amarga como la escarola, se cultivaban por su valor digestivo y su capacidad de crecimiento y rendimiento tanto en climas templados como en aquellos de bajas temperaturas.
Los monjes Benedictinos copiaron los textos grecorromanos, y basándose en ellos redactaron manuales agrícolas y adaptaron los cultivos a las condiciones climáticas del norte de Europa.
Bajo la sabia influencia de la medicina humoral de Galeno e Hipócrates, llegaron a identificar que las escarolas y las achicorias eran plantas «frías y secas», muy eficaces para reducir el calor interno, purificar la sangre y elaborar tratamientos para combatir las enfermedades hepáticas y digestivas, por lo cual, incluían sistemáticamente estas plantas en la alimentación conventual.
Herbarios Latinos como el Herbarium Apuleii (siglo VI) y el Tacuinum Sanitatis (siglo XIII), fueron documentos bastante influyentes pues ilustraban y describían con mucha precisión las propiedades saludables y medicinales de todas las plantas cultivadas en sus huertos. En estos documentos aparecen referencias sobre la escarola y la achicoria, conocidas hasta entonces como Intubus o Intiba, y en Tacuinum, originario del mundo árabe pero adaptado a Europa, aparecen ilustraciones detalladas sobre la recolección de estas hortalizas de hoja y en huertos muy bien estructurados.
Una ordenanza agraria del emperador Carlomagno, el texto agrícola Capitulare de Villis (siglo VIII), exige el cultivo de varias plantas en las propiedades imperiales, y entre ellas el Intuba o Intiba, lo que contribuye significativamente a la expansión de los cultivos de hoja amarga como la escarola, a lo largo de toda la Europa Carolingia.
Durante la Edad Media las escarolas eran consumidas en crudo, en ensaladas simples, y condimentada con vinagre, sal, a veces miel, como también cocidas en caldos de legumbres. En los monasterios también se incluían como alimento en tiempos de cuaresma, pues lo consideraban un vegetal humilde y apropiado para los ayunos. Cultivar escarolas representaba un alimento habitual y parte del repertorio básico de la farmacopea medieval como un ingrediente necesario en la preparación de cataplasmas para aliviar fiebres, ictericia, inflamaciones y trastornos digestivos.
Renacimiento.
En este periodo se renueva el interés por la botánica aplicada y la diversificación agrícola, y con ello cultivar escarolas se convierte en una práctica experimental para obtener diversas variedades como la escarola rizada (Cichorium endivia var. crispum), y la escarola de hoja lisa (Cichorium endivia var. latifolium), sobre todo en Italia, Francia y España. Las características morfológicas de estas variedades quedaron registradas en varios tratados agrícolas del siglo XVI y XVII.
Introducción del cultivo de escarolas en el Continente Americano.
Se sabe que los primeros colonos españoles transportaban semillas de hortalizas que eran esenciales para la dieta cotidiana, y que cultivaban con frecuencia en sus huertos peninsulares, entre las cuales se hallaban lechugas, acelgas, espinacas y escarolas.
Los primeros asentamientos europeos en el Caribe, en la costa atlántica de América del Sur y en el Virreinato de la Nueva España, actual Méjico, reproducían el modelo del huerto europeo donde cultivar escarolas jugaba un importante papel por sus múltiples propiedades, y esta práctica se extendió con éxito hacia Colombia, Ecuador, Perú, Chile y las zonas altas de América Central, cuyas suaves temperaturas permitían un cultivo de escarolas casi anual.
Los monasterios, conventos y huertos familiares adoptaron estas prácticas agrícolas, pues obtenían no sólo alimentos ricos en nutrientes sino ingredientes esenciales para la medicina herbolaria.
Siglo XIX.
La escarola se afianza como una hortaliza muy valorada en los mercados europeos. Su producción se extiende en España especialmente hacia las regiones de Valencia, Murcia, Navarra y Cataluña, donde actualmente se continúa liderando la producción nacional.
En este periodo se implementaban métodos empíricos de cultivo y experimentación, hasta que se inicia el desarrollo de la horticultura científica. Esto dio origen a la creación de variedades que aún en nuestros días son muy apreciadas: la escarola gigante de invierno, la escarola rizada de Ruffec (Francia), y la escarola Batavian (Países Bajos). Además, se crearon catálogos de semillas que comenzaron a circular a lo largo de toda Europa a finales del siglo XIX, coincidiendo con el auge de los primeros semilleros comerciales.
Siglo XX.
A partir de la década de 1950 comienza a producirse un cambio considerable en el campo de la producción agrícola, con innovaciones como la mecanización del cultivo, el auge del riego localizado, los cultivos en invernadero, la mejora genética que creó variedades de alta calidad y más resistentes a enfermedades y plagas.
Regiones como Murcia y Alicante en España, el Languedoc-Rosellón en Francia y algunas zonas del norte de Italia, se han consolidaban como líderes europeos en producción de escarolas.
Siglo XXI.
Poco a poco comienza una preocupación general sobre los impactos ambientales de la agricultura intensiva, por lo que, en este contexto, comenzaron a aplicarse técnicas sostenibles en el cultivo de escarolas tales como la implementación de las rotaciones de cultivos para reacondicionar los suelos, el control biológico de plagas, las experiencias piloto con acolchado de papel biodegradable para mantener una agricultura ecológica certificada y facilitar la integración del residuo al suelo tras la cosecha, sin productos químicos de síntesis.
Actualmente es muy común incorporar sensores de humedad, sistemas de trazabilidad y control remoto del riego para optimizar los recursos y asegurar la calidad de los cultivos. Hoy, en España se cultivan alrededor de 2.500 hectáreas de escarolas, principalmente en la Región de Murcia y gran parte se exporta a Francia, Alemania y los Países Bajos.
El siguiente link nos puede servir de mucha utilidad:
https://es.wikipedia.org/wiki/Cichorium_endivia
Para cultivar escarolas necesitamos estudiar sus características agronómicas.

La escarola es una planta herbácea anual de ciclo corto, cultivada por sus hojas comestibles. Pertenece a la familia Asteraceae y presenta una morfología adaptada a climas templados. Su estructura vegetativa la hace especialmente adecuada para el consumo en fresco, siendo apreciada por su textura, volumen foliar y sabor característico.
Sistema Radicular.
La característica principal de la escarola es su raíz gruesa vertical y bien desarrollada a partir de la base del tallo y sus ramificaciones laterales más finas. Esto permite que la planta puede anclarse con firmeza en el suelo, hasta 20 o 40 cm, y esto aumenta su capacidad de absorber agua y nutrientes de las capas más profundas, lo cual es muy conveniente durante las épocas secas. Además, por presentar esta estructura no necesita competir con plantas de raíces superficiales.
Sistema Foliar.
Sus hojas crecen muy juntas desde la base, formando u círculo o corona cerca del suelo (Roseta Basal), y cada hoja nueva aparece siguiendo un patrón en espiral; como girando respecto a la hoja que le antecede. La escarola presenta tonos verde claros a medios y en algunas variedades pueden ser amarillentos después del blanqueo, con una longitud de 15 a 35 cm según el estado vegetativo y la variedad. Su textura es crujiente y con una superficie lisa o ligeramente rugosa.
Tallo.
Muy corto o ausente durante el desarrollo vegetativo.
Floración.
En su fase reproductiva, la escarola desarrolla un tallo vertical que puede medir hasta 1 mt de largo, en el que se formarán capítulos florales en tonos azulados o lila. Al iniciar este episodio reproductivo, ya la planta no será apta para el consumo pues las hojas se tornan más amargas, se endurecen y pierden su textura.
Frutos.
Así como el diente de león y el girasol, la escarola produce frutos secos que contienen una única semilla en forma de huevo y cubierta por una piel suave y lisa.
¿Cómo crear un semillero para cultivar escarolas? Revisemos este video:
Y este video nos ilustra para quitar el amargor de nuestras escarolas. Veamos:
¿Qué variedades podemos seleccionar para cultivar escarolas?
Las variedades de la especie Cichorium endivia, a la que pertenece la escarola, se dividen en dos grandes grupos. Estudiemos.
Escarola rizada (Cichorium endivia var. crispum).
Presentan hojas profundamente divididas con bordes rizados o dentados en tonos verde claro u oscuro, con textura crujiente y ligeramente amargas. Muy utilizada en ensaladas gourmet y mezclas de hojas baby.
Escarola lisa o de hoja ancha (Cichorium endivia var. latifolium).
De hojas anchas, lisas, redondeadas, con tonos más claros en su interior y sabor más suave y ligeramente dulce; muy apreciadas generalmente en todo tipo de mercados.
Veamos ahora algunos cultivares de estas variedades. Recordemos que los cultivares son variedades de plantas que han sido seleccionadas y mejoradas artificialmente, con el fin de lograr una producción más resistente a enfermedades, con rendimiento superior homogéneo y estable.
Escarola rizada (Cichorium endivia var. crispum): Fine de Louviers (Francia), Wallonne, Frisée de Meaux.
Escarola lisa o de hoja ancha (Cichorium endivia var. latifolium): Full Heart Batavian, Escarola Cabello de Ángel, Gigante de invierno.
Cultivares mejorados (F1 híbridos): Performance (Seminis), Wallonne F1, Caravaggio (Rijk Zwaan).
Distribución de escarolas en Europa.
En España predominan las variedades lisas destinadas a exportación a Francia, Alemania, y Países Bajos, y en Francia e Italia hay una tradición más fuerte en variedades rizadas apreciadas en la cocina por su textura particular.
¿Cómo cultivar escarolas en diferentes entornos?
La escarola es una hortaliza muy adaptable a cualquier tipo de entorno; sin embargo, debemos cuidar este primer paso como es el de preparar debidamente el suelo para que nuestro sembrado sea sano y produzca frutos de alta calidad. Cada entorno presenta características específicas que van a marcar diferencias sobre el desarrollo radicular y foliar de nuestras escarolas, por lo cual vamos a estudiar cada caso en particular para lograr optimizar los recursos con los que contamos, y veamos realizado nuestro proyecto agrícola.
Cultivar escarolas en campo abierto.
Requerimientos climáticos necesarios.
El clima ideal para cultivar escarolas es templado a frío. Para evitar el espigado precoz (formación prematura del tallo floral), o el amargor excesivo, es necesario considerar de antemano todos los factores de cada entorno para que nuestro plan pueda llevarse a término con óptimos resultados. Por ejemplo, la temperatura adecuada para un crecimiento vegetativo correcto oscila entre 12° y 18°C, en tanto que las temperaturas mínimas tolerables pueden llegar hasta -2°C, pero no en exposiciones prolongadas. Por otro lado, aquellas superiores a 20° y hasta 22°C, favorecen el espigado en exposiciones largas.
Es recomendable evitar cultivar escarolas en temporadas cálidas y nocturnas superiores a 15°C, para que podamos mantener la fase reproductiva en su ciclo normal de desarrollo. En caso de que llevemos a cabo nuestro cultivo en climas mediterráneos, con exposiciones solares superiores a 13 o 14 horas en los días largos, es importante que anotemos en nuestra bitácora de cultivo que estas hortalizas son sensibles a largas exposiciones de luz solar y generan floraciones tempranas, por lo que, si iniciamos el sembrado a finales de verano o principios de otoño, tendremos garantías de sostener un ciclo más equilibrado para estos climas.
Cultivar escarolas en campo abierto requiere de riegos por goteo o aspersión en su fase inicial, y al aparecer los cogollos evitaremos humedecer el follaje, irrigando en dirección al suelo. Para esto es muy importante hacer uso del acolchado de papel biodegradable pues mantiene los niveles adecuados de humedad y no permite que las hojas permanezcan húmedas.
Tengamos a mano este diagrama por zonas, épocas adecuadas iniciar el sembrado, y los riesgos climáticos eventuales que puedan sucederse en estas temporadas:
Zona Mediterránea.
Época recomendada para iniciar el cultivo: Agosto a Octubre.
Riesgos climáticos eventuales: veranos largos y secos, espigado (formación prematura del tallo floral).
Zona Continental templada.
Época recomendada para iniciar el cultivo: Julio a Septiembre.
Riesgos climáticos eventuales: heladas tempranas.
Zona Atlántica.
Época recomendada para iniciar el cultivo: Agosto a Noviembre.
Riesgos climáticos eventuales: alta humedad, enfermedades foliares.
Podemos decir que, para cultivar escarolas en campo abierto se hace necesaria una planificación agronómica previa y fundamentada sobre las fluctuaciones del clima local. Las condiciones ideales para realizar nuestro plan serán en zonas de otoño suave y sin heladas tempranas, donde las temperaturas no superen los 20°C ni disminuyan a -2°C durante la fase vegetativa.
En este video se muestra cómo cultivar escarolas orgánicamente en campo abierto:
Preparación y nutrición adecuada del suelo para cultivar escarolas.
Vamos a elegir un suelo con buena capacidad de drenaje, suelto, preferiblemente franco o franco-arenoso con un pH entre 6.0 y 7.0.
- Haremos una labranza con una profundidad entre 20 y 30 cm para que el sistema radicular tenga oportunidad de desarrollarse convenientemente.
- Asimismo, debemos nivelar el suelo en la medida de lo posible con el fin de hacer riegos (los fertirriegos por goteo son más eficaces), uniformes y estables a lo largo de todo el ciclo de cultivo, y de esta forma podamos evitar eventuales encharcamientos.
Incorporamos ahora materia orgánica vegetal. Revisemos.
Compost elaborado con restos de poda, césped, hojas secas, restos de huerta, cáscaras y residuos vegetales y frutales de cocina, bien descompuestos, sueltos y secos; todo esto estimula la generación de microorganismos beneficiosos, y favorece en gran medida a mejorar la estructura del suelo y aumentar la retención de agua.
Biochar (carbón vegetal activado).
Este es un carbón vegetal producido por pirolisis (calentamiento sin oxígeno), poroso y rico en carbono estable, obtenido de biomasa vegetal que debe estar seca y limpia, como ramas finas de árboles, cáscaras de frutos secos, cañas de tomate, alcachofa o escarola, restos de poda, astillas o serrín de madera triturados, y muy importante, evitemos utilizar madera tratada, barnizada o con restos de pintura, pesticidas u otros productos químicos.
El biochar es un compuesto muy apropiado para retener agua, nutrientes y microorganismos beneficiosos del suelo, y de esta forma mejora la estructura del suelo. Para activarlo es necesario mezclarlo con compost vegetal maduro y dejar reposar 2 a 4 semanas, como también podemos remojar té de compost, extracto de algas, humus líquido o lixiviados de vermicompost.
¿Qué cultivares de escarolas son apropiados para campo abierto?
Analicemos este esquema:
Wallonne (Clause).
Cultivar clásico muy popular en Europa. De ciclo medio, hojas rizadas, de tonos verde claro y corazón bien formado, presenta buena tolerancia al frío, espigado tardío y muy apropiado para sembrar en campo abierto en temporada otoño – invierno, para exportación y comercialización en mercados nacionales.
Performance F1 (Bejo).
Híbrido vigoroso de alto rendimiento, de ciclo corto a medio, muy valorado comercialmente por su apariencia, textura, y presenta alta resistencia al mildiu (Bremia lactucae), que es una enfermedad frecuente en esta especie. Apropiado para siembra en campo abierto en periodo primavera – verano.
Natacha (Clause).
Este cultivar aparece inscrito en catálogos europeos para la variedad lisa, pero hay menciones comerciales de su versión rizada. De ciclo medio, resistente al tip burn (quemaduras apicales propias de deshidratación foliar), y con excelente calidad tanto para los mercados frescos como para la exportación.
Magdalena F1 (Enza Zaden).
Cultivar híbrido con buena uniformidad y resistencia para campo abierto, igualmente muy resistente al tip burn y recomendable para siembras de otoño-invierno en campo abierto.
Variedades de escarola lisa (Cichorium endivia var. latifolium).
Gigante de invierno.
Esta es una variedad tradicional muy utilizada en España para cultivos intensivos, presenta hojas grandes, muy resistente a temperaturas frías, pero sensible al espigado en veranos cálidos, y su ciclo es medio-largo, es decir, mayor a 80 días. Apropiado para siembras invernales en campo abierto.
Excel (Seminis).
Esta variedad de ciclo medio tiene muy buena presentación de follaje y cierre interno, alta adaptabilidad a diferentes estructuras de suelo. Siembra recomendada para clima templado en periodo primavera – verano.
Pamplona (Rijk Zwaan).
Aparece como variedad lisa en catálogos europeos. Es un híbrido de ciclo corto a medio, adecuada para sembrar en zonas frescas en temporada primavera – verano, con buena tolerancia al espigado y calidad uniforme para el mercado fresco y la exportación en temporadas cálidas.
En España, los cultivares Wallone y Gigante de Invierno están particularmente extendidos y con fines de exportación en la región de Murcia y la Comunidad Valenciana.
Fertilización del suelo para cultivar escarolas en campo abierto.

En este punto vamos a llevar un seguimiento en nuestra bitácora de cultivo, pues nuestras escarolas son exigentes en nutrientes, requieren una estrategia equilibrada, adaptada a la época de cultivo y al análisis previo del terreno. Estudiemos.
En primer lugar, debemos hacer mediciones de la estructura del suelo para determinar los niveles de materia orgánica, el pH que debe estar entre 6.0 y 7.0, los niveles de nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), y de micronutrientes como calcio, magnesio y boro. Todo esto nos facilita hacer enmiendas con precisión para nuestra fase de abonado, y así evitaremos o carencias o excesos.
Si el suelo del que disponemos para cultivar escarolas es pH ácido, debemos incorporar cal agrícola, y si nuestro suelo es alcalino aplicaremos azufre elemental o compost ácido.
¿En qué consiste un compost ácido?
Este es un abono orgánico elaborado a partir de materiales que al descomponerse, generan un pH bajo (generalmente entre 4.5 y 6.0), y es adecuado para mejorar suelos destinados a cultivos que prefieren condiciones ligeramente ácidas.
Veamos qué mezcla orgánica compone este abono:
- Restos de poda de coníferas: agujas de pino, ramitas de ciprés, cedro, abeto, que aportan resinas y acidez natural. No usar en exceso.
- Hojas secas ricas en taninos: hojas de roble, castaño, encina, haya, para ralentizar la descomposición pero acidifican la composición del suelo.
- Turba rubia: ayuda a retener la humedad mas debe usarse en mínimas dosis.
- Estiércol de animales granívoros: gallinácea o palomina, que pueden aumentar el nivel de pH si lo empleamos en exceso.
- Cáscaras de cítricos y pozos de café: piel de naranja, limón, pomelo, café molido usado, que cumplen una excelente función como fuente de materia orgánica ácida y hongos beneficiosos.
- Aserrín o viruta de maderas blandas sin tratar: pino, abeto, que aportan carbono y disminuyen el nivel de pH; son de lenta descomposición por lo que debemos hacer uso de estos en capas finas.
- Frutas pasadas o fermentadas: manzana, plátano y uva. Estos son ácidos orgánicos naturales que ayudan a mantener el compost ácido.
Al cabo de varias semanas o meses de fermentación, este compost ácido obtendrá un tono oscuro con un olor a tierra de bosque, un pH aproximado entre 5.0 y 6.0 que será muy apropiado para mejorar el suelo y generar buena capacidad para absorber nutrientes y retener agua, y conveniente para cultivar escarolas, fresas, hortensias, acelgas, arándanos o espinacas.
A continuación, analicemos la fertilización orgánica de fondo.
Como materia orgánica debemos contar con compost vegetal y biochar, que ya analizamos anteriormente, o bien compost maduro (debe oler a tierra húmeda, no a basura o amoníaco), o estiércol bien fermentado que debe estar bien compostado, seco y suelto al menos con 4 a 6 meses de maduración para evitar quemar las raíces. El compost mejora y renueva la estructura del suelo, promueve mayor capacidad de drenaje y retención de agua, y sirve de lenta y progresiva liberación de nutrientes. Es recomendable añadir este material al menos 2 a 3 semanas previas al inicio del sembrado.
Revisemos ahora la fertilización mineral complementaria, preferiblemente ecológica:
- Las escarolas se desarrollan rápidamente, y demandan gran cantidad de nutrientes, especialmente Nitrógeno (N), para mantener hojas sanas y crecimiento vegetativo, y se aplicará a 10 o 15 días después de iniciar el sembrado, Potasio (K) y Calcio (Ca), al observar los primeros brotes de hojas; aportarán sulfato potásico y nitrato cálcico, y mejoran la tolerancia al estrés hídrico y la calidad del cogollo, Magnesio (Mg), como polvo de roca o fertilizante foliar ecológico, que son fundamentales para evitar problemas fisiológicos como quemaduras marginales o tip burn.
- Aminoácidos, algas o extractos naturales, estimulantes para el crecimiento durante periodos de estrés. Estos actúan como bioestimulantes y no como fertilizantes principales, y los aplicaremos como pulverización foliar cada 15 a 20 días durante la fase activa de crecimiento.
Tomemos en cuenta el fertirriego, que es muy eficaz en estos casos.
- Como sabemos, el fertirriego es una técnica agrícola que nos permite añadir nutrientes al agua de riego. Esto hace mucho más eficiente todo el proceso de cultivo. Cuando tomamos la decisión de cultivar escarolas en campo abierto, debemos saber que esta hortaliza es sensible tanto a la carencia como al exceso de nutrientes y agua, por lo cual implementando este sistema de fertirriego logramos solucionar ambas situaciones.
- Mejoramos el crecimiento del sistema foliar formando cogollos sanos y robustos, reducimos las eventuales y comunes enfermedades originadas por estrés hídrico (como el tip burn o quemaduras en los bordes de las hojas), y evitaremos el espigado temprano, es decir, la fase anticipada de la floración.
- El sistema más utilizado es el fertirriego por goteo, pues de esta forma el líquido se dirige directamente al suelo, a las raíces, no tocando las hojas (y así prevenimos la aparición de hongos por exceso de humedad), y controlamos mucho mejor la cantidad de agua y fertilizante que reciben nuestras escarolas.
¿Cuándo debemos emplear el fertirriego en el cultivo de escarolas?
- Durante las primeras 2 semanas lo haremos una vez a la semana, añadiendo Nitrógeno suave y Fósforo.
- Cuando aparecen las primeras hojas, vamos a aplicar una vez más Nitrógeno y Potasio 1 o 2 veces por semana.
- En la fase de la formación de los cogollos, añadimos Potasio, Calcio y Magnesio 2 veces por semana.
- Y las últimas 2 semanas haremos fertirrigación con agua y Potasio ligero, de acuerdo a las observaciones que hagamos del proceso evolutivo de nuestro sembrado.
¿Qué fertilizantes ecológicos son compatibles con el fertirriego para cultivar escarolas?
- Sulfato potásico natural, para mejorar la calidad de los cogollos.
- Nitrato de calcio ecológico, para prevenir el tip burn (quemaduras).
- Aminoácidos vegetales o extractos de algas, para ayudar en momentos de estrés hídrico.
- Quelatos ecológicos de micronutrientes (hierro, zinc, etc.), si observamos carencias en la estructura de nuestras escarolas.
Recordemos que es muy importante disolver bien los fertilizantes y filtrar el agua para evitar obstrucciones en el sistema de riego, así como hacer la fertirrigación a horas tempranas y frescas del día (amanecer y atardecer), mantener los goteros sin obstrucciones o taponamientos, y evitemos el exceso de Nitrógeno para prevenir que nuestras escarolas se desarrollen rápidamente y produzcan floración precoz.
Mantenimiento del suelo para cultivar escarolas en campo abierto.
Es muy recomendable extender el acolchado de papel biodegradable antes de iniciar el cultivo y una vez preparado el suelo adecuadamente, para inhibir la aparición y proliferación de hongos y malas hierbas como la Juncia, para controlar los niveles de humedad, de fluctuaciones de temperatura o vientos, de posible compactación, lixiviación, y proteger tanto el suelo como el sistema radicular del cultivo.
Cultivar escarolas en huertos domésticos y urbanos.
Requerimientos climáticos necesarios.
Siempre es recomendable cultivar escarolas en climas frescos que oscilen entre 10° y 20°C, con vientos moderados. En caso de colocar los huertos en climas propensos a vientos fuertes, necesitamos protegerlos con barreras vegetales o mallas.
Como complemento esencial, cuando extendemos el acolchado de papel biodegradable sobre la tierra de los bancales garantizamos un equilibrio de humedad, seguridad radicular sin compactación eventual del suelo ni proliferación de hongos y malas hierbas.
En nuestros huertos urbanos y domésticos debemos organizar los espacios de tal manera que la exposición solar diaria sea de 5 a 6 horas en la medida de lo posible, evitando la incidencia de los rayos solares durante las horas más intensas, y aquí contemplamos la posibilidad de instalar cobertores ligeros y ecológicos sobre los sembrados.
Asimismo, los riegos deben ser regulares, sin originar encharcamientos y mantendremos el sustrato ligeramente húmedo. Las irrigaciones irregulares pueden causar tip burn o necrosis de hojas internas en nuestros cultivos. Evitemos.
Preparación y nutrición adecuada del suelo para cultivar escarolas en huertos domésticos y urbanos.
Combinaremos tierra suelta sin residuos o piedras, compost vegetal, fibra de coco o perlita, para lograr buen equilibrio de aire y retención de agua. Entre ciclos de cultivo debemos desinfectar solarmente el suelo, hacer las enmiendas o renovaciones necesarias, y rotar los sembrados para inhibir la estadía de patógenos que hayan quedado remanentes. Para esto podemos utilizar cada 15 a 20 días, enmiendas líquidas orgánicas como el purín de ortiga o el té de compost, y como abono de fondo es recomendable aplicar compost maduro suelto, seco y bien desmenuzado, o humus de lombriz.
Si preferimos aplicar el biochar, es recomendable sumergirlo en un contenedor o envase alrededor de una semana, por ejemplo en el agua de cocina que vamos a conservar después del lavado de verduras. Lo aplicaremos antes de trasplantar nuestras escarolas, mezclado con la capa que vamos a labrar.
Ahora bien, vamos a asegurarnos de medir y anotar las aportaciones equilibradas de Nitrógeno (en el compost, humus de lombriz, harina de alfalfa o de algas, para el crecimiento foliar), Fósforo (roca fosfórica molida como fosfato natural para el desarrollo radicular), y Potasio (ceniza de madera sin tratar, compost maduro, algas, para favorecer la resistencia al estrés y calidad del cogollo).
En general, debemos usar sustratos sueltos, de textura franca o ligera, y renovarlo o mezclarlo con compost para mantener su estructura y fertilidad.
¿Qué cultivares de escarolas son apropiados para huertos domésticos y urbanos?
Si vamos a cultivar escarolas en estos entornos más reducidos, la siguiente selección de cultivares nos puede servir adecuadamente por su facilidad de cultivo, ciclos breves, buena capacidad para adaptarse a diversas condiciones y resistentes en superficies más restringidas. Veamos.
Galia Frisée.
Escarola rizada (Cichorium endivia var. crispum).
Descripción:
Galia Frisée es una variedad de escarola muy apreciada en huertos urbanos y domésticos por su rápido desarrollo, hojas rizadas finas y corazón compacto.
Se distingue por su facilidad de cultivo, resistencia al frío moderado y buena capacidad de autoblanqueo del cogollo, lo que mejora su sabor y textura.
Características principales:
Ciclo medio/corto: de 60 a 70 días hasta cosecha.
Hojas finamente rizadas, de tonos verde claro y textura tierna.
También es apropiada para cultivo en macetas, jardineras o bancales pequeños.
Buena tolerancia al espigado si se cultiva en otoño o primavera.
Ventajas para cultivar escarolas Galia Frisée en huertos urbanos:
Requiere poco espacio para desarrollarse con buena calidad.
Es muy productiva en superficies reducidas.
Se adapta con facilidad a climas mediterráneos.
Green Curled Ruffec.
Escarola rizada (Cichorium endivia var. crispum).
Descripción:
Este es un cultivar tradicional y muy reconocido por sus hojas bastante rizadas en tonos verde brillante y su corazón más claro. Muy valorado en huertos domésticos y pequeños cultivos por su rusticidad y sabor ligeramente amargo, que es característico en las escarolas rizadas.
Características principales:
Ciclo de cultivo medio: aproximadamente 75 a 85 días desde el inicio de la siembra.
Buena tolerancia al frío y por lo tanto, adecuada para el cultivo en otoño e invierno.
Forma una roseta amplia, con hojas rizadas y muy decorativas.
Adaptada tanto a campo abierto como a huertos urbanos y macetas grandes.
Necesita blanqueo manual del corazón (atado o cubrimiento) para reducir el amargor.
Ventajas para cultivar escarolas Green Curled Ruffec en huertos domésticos:
Mejora la adaptación a suelos ligeros, con buena capacidad de drenaje, y con necesidades moderadas de riego.
Se obtiene un sabor más depurado y una textura más crujiente.
Garantiza una buena capacidad de conservación después de la cosecha.
Frisée de Meaux o Escarola rizada tradicional.
Escarola rizada (Cichorium endivia var. crispum).
Descripción:
Originario de Francia y muy conocido por su calidad gastronómica y su rusticidad.
Características principales:
Con hojas muy rizadas y finas en tonos verde claro, con nervaduras blancas o rosadas en su base, y forman una roseta compacta y amplia entre 40 y 45 cm.
Ciclo de cultivo medio, entre 60 y 70 días desde el inicio de la siembra hasta la cosecha. Esta variedad o cultivar es resistente a bajas temperaturas, hasta -5°C, así como a temperaturas moderadas de calor, lo que la hace adecuada para cultivos de otoño e invierno en campo abierto o huertos urbanos.
El cultivar Frisée de Meaux es una excelente opción para pequeños huertos domésticos y urbanos por las siguientes razones:
- Facilidad de cultivo.
- Es una variedad rústica que se adapta bien a distintas condiciones de suelo y clima, ideal para cultivadores no profesionales.
- Autoblanqueo natural.
- Su corazón o centro se blanquea por sí solo sin necesidad de atar las hojas, lo que simplifica el mantenimiento.
- Apta para huertos más reducidos. Pues al formar una roseta compacta entre 40 y 45 cm, puede crecer muy bien en jardineras o contenedores profundos.
- Sabor y textura. Sus hojas finas, rizadas y ligeramente amargas aportan una alta calidad culinaria y apreciada especialmente en ensaladas frescas.
Full Heart Batavian (Cichorium endivia var. latifolium).
Conocida también como Escarola de hoja ancha y originaria de Europa, esta variedad ha sido ampliamente cultivada tanto en huertos familiares como en explotaciones a campo abierto, especialmente en climas templados.
Características principales:
Hojas anchas, lisas en tonos verde claro, con nervaduras marcadas.
Ciclo medio de cultivo, generalmente entre 75 y 90 días desde el inicio de la siembra hasta la cosecha.
Buena tolerancia al frío, lo que la hace apropiada para siembras de otoño e invierno, y buena resistencia al espigado prematuro.
Corazón o centro denso y lleno. Como su nombre indica, forma un cogollo central cerrado y blanqueado de forma natural muy apropiado para el consumo en fresco por su suave sabor.
El cultivar Full Heart Batavian ofrece múltiples ventajas para huertos domésticos y urbanos, gracias a su adaptabilidad, resistencia y calidad:
Esta variedad es fácil de cultivar en espacios reducidos, pues su constitución compacta y crecimiento ordenado permite cultivarla también en macetas, bancales elevados o jardineras.
Produce hojas lisas de textura tierna y sabor delicado, perfectas para ensaladas frescas.
Tolera muy bien las temperaturas de otoño e invierno, lo que extiende la temporada de cultivo en climas templados.
Su cogollo central se blanquea de forma natural, sin necesidad de atados o cubiertas, y esto facilita su manejo en huertos caseros.
Es bastante resistente al espigado precoz común en climas cambiantes, y esto reduce pérdidas.
Broad‑Leaf Batavian o Florida Deep Heart.
Variedad tradicional de hoja ancha (Cichorium endivia var. latifolium).
Esta variedad tiene su origen en Europa occidental, donde los cultivos tipo Batavia han sido seleccionados desde hace siglos por su buena adaptación al clima fresco. El nombre «Florida Deep Heart» hace referencia a una selección adaptada para las regiones del sur de Estados Unidos de Norteamérica, específicamente a las condiciones de invierno suave en Florida, donde fue introducida y cultivada extensivamente desde principios del siglo XX.
Características principales:
Hojas grandes, lisas y anchas en tonos verde claro a medio, con nervaduras prominentes y textura tierna. Su sabor es más suave y menos amargo que el de la escarola rizada.
Forma un cogollo central compacto que también se blanquea de forma natural, y esto mejora su presentación y sabor.
Según las condiciones climáticas, su ciclo aproximado es de 75 a 90 días desde el inicio de la siembra hasta la cosecha.
Se adapta bastante bien a siembras de otoño e invierno, especialmente en climas templados o mediterráneos.
Presenta resistencia moderada al espigado precoz, lo que la hace apta también para cultivos de primavera temprana en climas frescos.
Este cultivar es muy utilizado en huertos tradicionales y domésticos por su facilidad de cultivo, agradable y dulce sabor, y muy valorada en mercados locales por su presentación voluminosa, en especial para ensaladas de invierno.
Pancalieri a Costa Bianca.
Escarola rizada (Cichorium endivia var. crispum).
Es una variedad tradicional reconocida por su alto valor gastronómico y su atractiva apariencia. Especialmente apreciada en mercados gourmet y por consumidores que buscan escarolas de excelente sabor y calidad visual.
Originaria de la región del Piamonte, al norte de Italia en la zona de Pancalieri, una localidad agrícola de la provincia de Turín y de allí deriva su nombre.
«A costa bianca» significa «de costilla blanca» en italiano, y hace referencia al rasgo morfológico que caracteriza este cutivar.
Características principales:
Hojas muy rizadas, finamente divididas en tonos verde brillante, con un corazón o centro blanco hacia blanquecino, denso y bien formado.
Uno de sus distintivos y como su nombre lo indica, sus hojas tienen forma de costillas anchas y claras con nervaduras centrales de color blanco, y esto les da atractivo visual.
Sus rosetas amplias y abiertas alcanzar entre 30 y 40 cm de diámetro.
Presenta un sabor ligeramente amargo, lo que la hace muy apropiada para el consumo en ensaladas frescas o ligeramente cocinada.
Esta variedad se ha adaptado para la siembra en otoño y a principios de invierno en climas templados.
Es moderadamente resistente a bajas temperaturas y a enfermedades comunes como mildiu,
siempre y cuando se roten los suelos, que deben ser fértiles, con preparación adecuada y buena capacidad de drenaje.
Pancalieri es muy apreciada en la cocina mediterránea y de alta restauración, por su textura crujiente, calidad visual y decorativa.
Cultivar escarolas en invernaderos.
Requerimientos climáticos necesarios.
El invernadero nos ofrece muchas ventajas especialmente en climas fríos o con lluvias irregulares. Cultivar escarolas en estos espacios bien resguardados nos garantiza mayor control sobre el clima y temperaturas, hongos, plagas y enfermedades, y una producción continua durante los meses de otoño e invierno, independientemente de los factores climáticos de la región en la que instalamos este tip o de entorno.
Preparación y nutrición adecuada del suelo para cultivar escarolas en invernaderos.
Antes de iniciar nuestro proyecto de cultivar escarolas, debemos analizar la estructura de nuestro suelo para hacer los ajustes necesarios del abonado de fondo, que debe incluir Fósforo (P) para el desarrollo radicular inicial, Potasio (K) para fortalecer la estructura celular y la tolerancia al frío, y Nitrógeno (N), que vamos a fraccionar en varios aportes para evitar altas concentraciones que producirán espigado precoz o susceptibilidad a enfermedades.
Al igual que en campo abierto, aquí necesitamos suelos sueltos y bien aireados, con texturas francas o franco-arenosas para permitir un buen desarrollo de la raíz principal, las secundarias y un drenaje adecuado. El pH debe oscilar entre 6.0 y 7.0, y vamos a revisar la eventual acumulación de sales debido a los riegos.
En caso de compactación de la tierra, añadiremos arena de río o materia orgánica compostada, haremos labranzas profundas entre 20 y 30 cm para dejar fluir una aireación continua y así evitaremos posibles asfixias radiculares.
Es recomendable hacer fertirrigación con estos nutrientes y ajustarla a cada fase del ciclo de cultivo. Riego o fertirrigación deben ser uniformes, pero estaremos atentos a cualquier signo de encharcamiento; para esto la mejor recomendación es hacerlo por goteo directamente hacia el suelo (sin que toque las hojas), y lograr un suelo nivelado en la medida de lo posible. Asimismo, hacer solarizaciones y biofumigaciones se hacen necesarias entre sembrados; de esta manera prevenimos la proliferación de nematodos y otros patógenos propios de la tierra.
Sin embargo, podemos evitar estas molestias al hacer uso del acolchado de papel biodegradable, pues no tendremos problemas de humedad excesiva, proliferación de hongos y malas hierbas, y compactación o agrietamiento del suelo. Este material es un gran estabilizador que nos evita costes imprevistos y nos permite obtener un alto nivel de cultivo en cualquier tipo de entornos. Además, cumple con un proceso de biodegradación y se convierte en un rico nutriente para nuestros próximos sembrados.
¿Qué cultivares de escarolas son apropiados para invernaderos?
En este espacio agrícola hemos analizado diversos cultivares de escarolas, y anotaremos aquí aquellas que podemos sembrar en invernaderos y nos van a garantizar un buen rendimiento y alta calidad. Repasemos nuestro capítulo de cultivares para identificar cada uno.
En España, en las regiones de Murcia, Comunidad Valenciana y Navarra, son muy comunes los siguientes cultivares:
Wallone (Clause), Performance (Bejo), Magdalena F1 (Enza Zaden), Natacha (Clause),
Pamplona (Rijk Zwaan), y Excel (Seminis).
Cultivar escarolas en terrazas, balcones y macetas.
Requerimientos climáticos necesarios.
En este caso debemos considerar el microclima dentro del cual están ubicados los entornos que hemos elegido para cultivar escarolas; ya sea en nuestras terrazas, balcones o macetas. Esto puede influir particularmente en el desarrollo de nuestro cultivo.
- La temperatura adecuada que debemos estimar oscila entre 15° y 20°C, pues estas hortalizas no toleran condiciones más frías ni superiores a 24°C (pueden generar espigado precoz).
- Los espacios bien ventilados con exposición solar mínima de 4 a 6 horas diarias son muy apropiadas, pero si sólo contamos con un área muy cálida o con mayor incidencia de luz solar diaria, contemplemos hacer uso de mallas de sombreo al 30% o 50% según sea cada caso.
- Como el follaje de nuestras escarolas comprende hojas tiernas, delicadas y anchas, se hacen susceptibles a deshidratación por efecto de fuertes corrientes de viento o ráfagas imprevistas, por lo cual haremos barreras cortaviento vegetales o de malla permeable para permitir la ventilación mas no los efectos secantes de los vientos. Tengamos en cuenta que la humedad adecuada debe mantenerse continuamente entre 60% y 80%.
- En estos entornos, el agua tiende a evaporarse con mayor rapidez y debemos prevenir el estrés hídrico y térmico. Para esto es muy conveniente hacer los riegos a primeras horas de la mañana o al caer la tarde. Si estamos habitando regiones secas o muy expuestas durante los meses de verano, recomendamos implementar bandejas con agua cerca de nuestras plantas, así como también podemos agrupar macetas y contenedores para crear un microclima húmedo.
Preparación y nutrición adecuada del suelo para cultivar escarolas en terrazas, balcones y macetas.
El sustrato y la preparación del suelo para estos entornos nos pide especial atención puesto que no tendremos acceso directo a los nutrientes naturales de la tierra, del suelo agrícola, y por lo tanto debemos suplir adecuadamente para crear un hábitat suficiente y completo para nuestro cultivo. Analicemos de las características específicas que vamos a seleccionar como «hogar» de nuestro proyecto para cultivar escarolas.
Aquí mostramos un video sobre cultivar escarolas en maceta, que nos puede interesar:
Nos referimos a contenedores de al menos 25 a 30 cm de profundidad y 20 cm de diámetro por planta. Los materiales apropiados son de barro, madera tratada, plástico resistente con protección UV, con suficientes orificios inferiores para permitir el drenaje correcto del agua. Al fondo de cada recipiente colocaremos una capa de grava, piedra volcánica o arcilla expandida para evitar encharcamientos o lixiviación.
Prepararemos el sustrato, ligero, aireado, con buena capacidad de retención de agua y nutrientes, sin tendencia a endurecerse o compactarse. Antes de llenar los recipientes vamos a mezclar bien los siguientes componentes para obtener una distribución homogénea y una correcta y equilibrada estructura física del sustrato.
La composición recomendada será la siguiente:
50 % compost maduro ecológico (de origen vegetal o mixto).
30 % fibra de coco, turba rubia o humus de lombriz.
20 % perlita, vermiculita o arena de río lavada (mejora aireación y drenaje).
Aportes de materia orgánica:
Compost vegetal maduro: en una proporción de 2 a 3 kg por cada 10 litros de sustrato.
Humus de lombriz: aporta nutrientes de liberación lenta y mejora la actividad microbiana. Usar entre 15% a 25 % del volumen total del sustrato.
Pozos de café secos o restos de té compostados: en pequeñas cantidades (5% a 10 %), como enmiendas nitrogenadas suaves.
Ceniza de madera natural (sin pintura ni barniz): aporta potasio y calcio. Usar con moderación (una cucharada por maceta grande).
Fertilización complementaria ecológica:
Una vez iniciada la germinación o trasplante, conviene reforzar la nutrición con fertilizantes líquidos ecológicos, aplicados cada 10 a 15 días.
Té de compost o de humus: se riega con esta solución para fortalecer las raíces.
Extractos líquidos de algas: estimulan el crecimiento y la formación del cogollo.
Purín de ortiga diluido (1:10): excelente fuente de nitrógeno ecológico.
Fertilizantes líquidos ecológicos comerciales: que incluyan NPK balanceado (3-2-5 o similar), con micronutrientes.
Mantenimiento del suelo durante el cultivo:
Evitar el compactado removiendo el sustrato superficialmente cada 2 semanas.
Mantener los niveles de humedad en equilibrio; ideal extender el acolchado de papel biodegradable desde el inicio del sembrado.
Reponer nutrientes cada 20 a 30 días. Igualmente, podemos aplicar una pequeña capa superficial de compost, entre 1 y 2 cm.
Medir el pH para conservar su nivel adecuado, entre 6.0 y 7.0. En caso de que sea ácido podemos cal dolomítica.
¿Qué cultivares de escarolas son apropiados para terrazas, balcones y macetas?
De acuerdo al análisis de cultivares que hicimos en este espacio agrícola, anotaremos aquellos que podemos sembrar en estos entornos más reducidos:
Green Curled Ruffec, Frisée de Meaux, Full Heart Batavian, Pancalieri a Costa Bianca y Galia Frisée.
¿Qué es el blanqueo manual del corazón en el caso de las escarolas?
Esto quiere decir que, para lograr un sabor más tierno y un aspecto más atractivo a nivel comercial, se unen las hojas externas del centro o corazón de la planta con una cuerda, goma o pinza vegetal, para protegerlo de la luz solar y así producir menos clorofila (que es la que genera el amargor), y las hojas se tornarán blancas o amarillentas, crujientes y mucho más suaves al gusto. El tiempo estimado y conveniente para el blanqueo será entre 5 y 10 días previos al tiempo de cosecha, de acuerdo a la variedad y las condiciones climáticas del sembrado.
En el siguiente video se muestran varias maneras de blanquear las escarolas. Veamos:
Asociaciones beneficiosas para cultivar escarolas.
Proponemos visitar algunos artículos que hemos publicado en nuestro espacio agrícola Novamulch, y a continuación dejamos varios links para que nos sea más fácil aprender a asociar plantas compatibles y mejorar nuestra producción.
Cuándo y cómo plantar cebollas : Guía detallada para un cultivo exitoso.
¿Cómo plantar ajos aplicando técnicas agrícolas modernas?
Y esta información también nos es de mucha utilidad:
link: https://novamulch.eu/plantar-aromaticas-un-proyecto-rentable
El acolchado de papel biodegradable como técnica de avanzada para cultivar escarolas.

Esta es una técnica agrícola de alta tecnología que nos permite hoy en día economizar, en modo superlativo, todo lo referente a costes e inversiones agrícolas recurrentes e imprevistos, que generalmente merman nuestros proyectos para cultivar en cualquier tipo de entorno.
Por otra parte, nuestro acolchado de papel Novamulch es una herramienta clave con atribuciones y tareas específicas que aportan beneficios esenciales a nuestro ecosistema y para la microbiota edáfica (microbioma del suelo que comprende el conjunto de microorganismos como bacterias, hongos, actinomicetos que habitan en el suelo y desempeñan funciones esenciales para su fertilidad y equilibrio ecológico).
Otro de sus atributos es la biodegradación. Poco después que terminan los ciclos de cultivo, el acolchado de papel ya ha comenzado a biodegradarse convirtiéndose automáticamente en materia orgánica rica en nutrientes en la capa superficial del suelo, lo que nos favorece pues reduciremos la huella ecológica, permitimos la economía circular y la agricultura regenerativa y por lo tanto no dejaremos residuos contaminantes, a diferencia del plástico agrícola convencional.
El acolchado de papel biodegradable Novamulch funge como barrera física para proteger la estructura del suelo que hemos preparado previamente para iniciar nuestro cultivo: evita la proliferación de malas hierbas, la formación de costras superficiales que devienen en compactación y erosión, limita el impacto de las salpicaduras de agua en hojas y frutos, y que originan enfermedades y hongos, y todo esto permitirá preservar el hábitat microbiano y el mantenimiento de la actividad biológica natural del suelo, y el desarrollo sano y robusto de nuestros sembrados.
Implementando el uso de nuestro acolchado Novamulch, reduciremos el uso de herbicidas y productos fitosanitarios, minimizando el impacto químico, evitamos el sobrecalentamiento y el estrés hídrico si habitamos en regiones cálidas o con carencia suficiente de agua, al igual que el impacto de heladas, vientos, lluvias frecuentes, manteniendo un equilibrio de humedad y temperatura durante todo el proceso del cultivo.
Especialmente si decidimos cultivar escarolas y hacer uso del acolchado de papel Novamulch, reducimos la frecuencia de riego y evitamos fluctuaciones que pueden causar ahuecado del cogollo o tip burn (quemaduras foliares). Y si hacemos irrigación por goteo, que es muy recomendable para las escarolas, el acolchado Novamulch es perfectamente compatible con este sistema.
¿Por qué el acolchado de papel Novamulch es especialmente útil para cultivar escarolas?
La escarola es un cultivo de hoja que necesita suelos frescos, bien aireados, con humedad estable. Es sensible al estrés por efecto de las altas temperaturas, exceso de humedad o competencia por nutrientes. Necesita producir cogollos bien formados y limpios para comercialización o autoconsumo.
El acolchado de papel biodegradable responde a todas estas necesidades, pues mantiene el entorno radicular en condiciones óptimas, protege las hojas inferiores del contacto directo con el suelo, y reduce la aparición de enfermedades fúngicas como mildiu y botritis, al evitar salpicaduras.
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PACK de 6 rollos de papel Novamulch Profesional 120 cm. x 300 m. (1.800 m)565,28 € IVA incluido
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Máquina de acolchado Novamulch
Tiempos de cosecha para el cultivo de escarolas.
Recordemos que algunos cultivares de escarolas tienen un ciclo de 50 a 90 días desde el inicio de la siembra hasta el tiempo de cosecha, en tanto que para otros el ciclo será de 50 a 70 días. Las condiciones ambientales y climáticas también incidirán sobre estos ciclos, así que si tomamos en cuenta estas variables, cosecharemos en el momento en el que las hojas exteriores adquieran buen tamaño, entre 10 y 15 cm aproximadamente, o cuando el cogollo central se sienta firme al tacto.
En temperaturas cálidas hacemos siembras escalonadas para evitar la maduración en épocas de verano, y cosecharemos antes de que las escarolas espiguen pues las hojas se tornan más amargas y duras.
También podemos escalonar la cosecha, es decir, retirar las hojas eternas conservando las centrales para permitir que continúen su crecimiento. Si necesitamos hacer una cosecha completa, debemos cortar las rosetas a ras del suelo cuando observemos que el cogollo esté bien formado. En bajas temperaturas es recomendable hacer las cosechas en épocas de otoño, invierno y principios de primavera, y si deseamos mejorar el sabor lo haremos después de las heladas breves.
Almacenamiento para conservar las escarolas adecuadamente.

En este punto debemos tomar en cuenta que las escarolas son hortalizas con alto contenido de agua, por lo que, una vez cumplidos los tiempos de cosecha, necesitaremos atender especialmente varios pasos previos para mantener su frescura, sabor y valor nutricional, al menos durante 10 a 20 días:
- No lavaremos las escarolas antes de guardarlas. Deben almacenarse secas pues el exceso de humedad acelera la descomposición y favorece el desarrollo de mohos y hongos.
- Debemos retirar las hojas externas que estén marchitas, dañadas para que podamos evitar contaminar el resto del cogollo, sin olvidar que la manipulación de cada hortaliza debe ser delicada, evitando romper o aplastar las hojas.
- La temperatura adecuada para almacenar las escarolas debe ser entre 0° y 2°C, con una humedad aproximada entre 95% y 98% para que puedan conservar el agua y la frescura.
- Además, es esencial lograr una buena ventilación sin posibilidad de generar condensaciones.
- En caso de vernos en la necesidad de refrigerar en nevera nuestras escarolas, las envolvemos en papel absorbente dentro de un envase cerrado y bien limpio dentro del cajón de las verduras, como también dentro de una bolsa perforada. No debemos congelarlas pues las células se resquebrajan y las hojas perderán textura crujiente y sabor al ser descongeladas.
- Es importante almacenar las escarolas separadas de manzanas, plátanos o tomates, pues estos liberan etileno y aceleran su deterioro.
- Si se ha cosechado gran cantidad de escarolas y deben almacenarse, es recomendable no retirarlas al mismo tiempo, para evitar extender el almacenamiento y correr el riesgo de marchitarse. En estos casos deben almacenarse en cajas con buena ventilación y conservarlas en espacios refrigerados.
Plagas y enfermedades comunes que debemos considerar antes de cultivar escarolas.
Plagas.
En primer lugar, estudiemos las plagas que aquejan el cultivo de escarolas. No debemos olvidar que el acolchado de papel biodegradable reduce significativamente la aparición de plagas del suelo y limita el ascenso de insectos vectores:
Pulgones (Aphis spp., Myzus persicae).
Descripción: pequeños insectos de cuerpo blando, verdes, amarillos o negros. Se agrupan en los brotes, nervaduras y el envés de las hojas.
Daños: succionan la savia, deforman hojas, frenan el crecimiento y transmiten virosis.
Síntomas: hojas rizadas, pegajosas (melaza) y presencia de hormigas.
Control ecológico: extracto de ajo, ortiga, jabón potásico.
Control biológico: inocular mariquitas (Coccinella septempunctata) o crisopas (Chrysoperla carnea).
Mosca blanca (Trialeurodes vaporariorum).
Descripción: insecto alado muy pequeño entre 1 y 2 mm, de color blanco y se agrupa en el envés de las hojas.
Daños: succiona la savia y transmite virus como el mosaico.
Síntomas: hojas amarillentas, pegajosas, debilitamiento general de la planta y presencia de insectos blancos en el envés.
Control ecológico: trampas cromáticas amarillas, pulverizaciones con jabón potásico o aceite de neem.
Trips (Frankliniella occidentalis).
Descripción: insectos alargados y diminutos, de 1 a 2 mm y muy móviles. Se esconden en el interior de hojas jóvenes.
Daños: causan raspaduras en tejidos, dejan cicatrices y transmiten virosis.
Síntomas: hojas con manchas plateadas o marrones y crecimiento desigual.
Control ecológico: trampas azules adhesivas, aplicaciones de extracto de neem o infusión de tanaceto, e inoculación de plantas trampa como la albahaca y la caléndula en el perímetro del cultivo.
Babosas y caracoles (Deroceras spp., Helix spp.).
Descripción: moluscos con o sin concha, activos por la noche y en humedades altas.
Daños: perforaciones irregulares en hojas, especialmente en cultivos en campo abierto y zonas húmedas.
Síntomas: hojas agujereadas con presencia de baba brillante.
Control ecológico: trampas de cerveza o cascarones de huevo triturados, aplicación de ceniza o tierra de diatomeas en la base, eliminación manual al atardecer o al amanecer.
Minadores de hoja (Liriomyza spp.).
Descripción: larvas de pequeñas moscas que excavan galerías en el interior de las hojas.
Daños: disminuyen la fotosíntesis y debilitan el desarrollo de la planta.
Síntomas: túneles blanquecinos y serpenteantes en las hojas.
Control ecológico: eliminar hojas afectadas al inicio, fomentar enemigos naturales como avispas parasitoides (Diglyphus isaea), uso de trampas cromáticas amarillas.
Rosquilla negra o gusano gris (Agrotis segetum).
Descripción: larvas de noctuidos que se alimentan de noche de hojas y tallos jóvenes, cortando las plantas al ras del suelo.
Daños: pérdidas totales en plántulas recién trasplantadas.
Síntomas: plantas cortadas por la base o desaparecidas.
Control ecológico: aplicar bacillus (Bacillus thuringiensis var. kurstaki) en fase temprana,
remover el suelo previo a la siembra para exponer las larvas a depredadores, evitar riegos nocturnos excesivos que favorecen su actividad.
Nematodos del suelo (Meloidogyne spp.).
Descripción: gusanos microscópicos que afectan las raíces.
Daños: formación de agallas en las raíces, provocan absorción deficiente de nutrientes.
Síntomas: plantas que se desarrollan defectuosas sin causa aparente.
Control ecológico: rotación de cultivos al término de cada cosecha, incorporar compost maduro y materia orgánica con efecto biofumigante.
Enfermedades.
Ahora analicemos las enfermedades comunes que debemos tomar en cuenta cuando vamos a cultivar escarolas:
Mildiu (Bremia lactucae).
Tipo: enfermedad fúngica (oomiceto).
Síntomas: aparecen manchas amarillentas irregulares en el haz de las hojas y un micelio blanquecino en el envés. Puede afectar el cogollo y hacer que la planta se pudra.
Condiciones favorables: alta humedad, alrededor a un 90%, temperaturas entre 10°y 20°C, y ventilación deficiente.
Prevención y control ecológico: elegir cultivares resistentes (como ‘Performance F1’ o ‘Wallonne’), mantener buena aireación y evitar el exceso de riego, aplicar tratamientos preventivos con extracto de cola de caballo o bicarbonato potásico.
Botritis o podredumbre gris (Botrytis cinerea).
Tipo: hongo necrotrófico.
Síntomas: pudriciones grises en hojas internas, sobre todo en condiciones de humedad elevada. Puede atacar el cogollo cerrado.
Condiciones favorables: humedad ambiental alta y escasa ventilación.
Prevención y control ecológico: evitar mojar las hojas al regar, espaciar bien las plantas y realizar aclareos si es necesario, aplicaciones preventivas con extractos de ajo o canela.
El acolchado de papel biodegradable evita el contacto de las hojas con el suelo e inhibe la proliferación de esporas.
Sclerotinia o podredumbre blanca (Sclerotinia sclerotiorum).
Tipo: Hongo del suelo.
Síntomas: marchitamiento de la planta, tejidos blandos y presencia de micelio blanco con esclerocios (estructuras negras duras) sobre la base del tallo.
Condiciones favorables: suelos húmedos y mal drenados.
Prevención y control ecológico: rotación de cultivos (mínimo 3 años sin sembrar la misma especie), evitar riegos excesivos y compactación del suelo, aplicación de Trichoderma spp. como antagonista biológico.
Roya (Puccinia spp.).
Tipo: hongo.
Síntomas: pústulas anaranjadas o rojizas en el envés de las hojas. Disminuye la fotosíntesis y calidad comercial.
Condiciones favorables: ambientes húmedos y templados.
Prevención y control ecológico: eliminar restos de cultivos anteriores, aplicar infusiones de ortiga o cola de caballo, favorecer la ventilación natural.
Tip Burn o quemaduras internas (fisiopatía).
Tipo: trastorno fisiológico, no infeccioso.
Causa: desequilibrio hídrico o deficiencia localizada de calcio (Ca) durante el desarrollo rápido del cogollo.
Síntomas: necrosis de los bordes interiores de las hojas, sin presencia de hongos.
Prevención y control ecológico: aporte constante de agua y nutrientes, especialmente calcio,
fertilización foliar con calcio si es necesario, acolchado de papel biodegradable para regular la humedad del suelo.
Reflexiones finales.
Cultivar escarolas es un proyecto agrícola que debemos incluir en nuestros mapas de ruta. Estas hortalizas se adaptan a cualquier tipo de entornos, desde grandes extensiones de cultivo hasta macetas y contenedores, y en todos los casos tendremos la garantía de producir un alimento de alta versatilidad y demanda, e integrados con la sostenibilidad y nuestros ecosistemas. Hoy en día podemos disponer de diversas variedades o cultivares, y seleccionar la más adaptable a las condiciones climáticas y espacios que hemos dispuesto para cultivar escarolas.
Este plan que hemos estudiado en nuestro espacio agrícola, nos es de gran ayuda para lograr un buen rendimiento a cortos y medianos plazos, y a bajos costes si sabemos cómo aprovechar nuestros insumos, sobre todo si implementamos el uso del acolchado de papel biodegradable Novamulch, nuestro gran aliado para proteger no sólo nuestros cultivos sino nuestros bolsillos.