Cómo cultivar cebollas

Cómo cultivar cebollas. Recomendaciones para una óptima cosecha.

Bienvenidos a nuestro espacio agrícola Novamulch. A continuación vamos a examinar cómo cultivar cebollas repasando sus orígenes ancestrales, sus características y variedades, y haremos un mapa de ruta desde los inicios del sembrado hasta los tiempos de cosecha y almacenamiento. En esta guía completa estudiaremos también las plagas y enfermedades más frecuentes, cómo detectarlas a tiempo y cómo solucionar cada una desde alternativas ecológicas y efectivas. Estudiemos.

Tabla de contenido

Antecedentes históricos y origen ancestral del cultivo de cebollas.

El origen primario de las cebollas se sitúa hacia las zonas semiáridas de Asia Central, abarcando regiones de Irán, Afganistán, Turkmenistán, Uzbekistán y partes del noroeste de India y Pakistán, remontándose entre 3.500 y 3.000 años de antiguedad. Estamos en presencia de una de las hortalizas más antiguas y universalmente cultivadas del planeta, por lo que desde estos tiempos ancestrales viene dejando una huella y una marca en el desarrollo de la agricultura.

Estudios arqueológicos realizados en asentamientos tempranos de los actuales Irán, Turkmenistán y sus zonas adyacentes, nos revelan trazas de restos carbonizados compatibles con el género Allium cepa.

Sin embargo, aun cuando esta especie no deja rastros de semillas identificables con facilidad tras miles de años, la presencia reiterada de restos de bulbos tanto silvestres como domesticados, nos indica un consumo habitual y el manejo agrícola temprano de estos cultivos, lo que nos demuestra la existencia ancestral de numerosas especies silvestres de Allium cepa, nuestras cebollas, en estas regiones.

Las poblaciones nómadas recolectaban cebollas silvestres y hacían uso de ellas como alimento básico y en preparaciones medicinales, además de ser muy apreciadas por su resistencia al ser almacenadas y cultivadas en climas semi áridos, y la facilidad para ser transportadas entre regiones. Los primeros agricultores de la zona descubrieron cómo cultivar cebollas en suelos franco arenosos, con insuficiente materia orgánica y sometidas a fluctuaciones térmicas día a día.

Asimismo, los periodos de lluvias estacionales posibilitaban un desarrollo completo, por lo que, estas condiciones adversas dieron paso a una selección en la evolución de estas especies, apareciendo bulbos de mayor tamaño, con capacidad para almacenar agua, su sistema foliar resistía positivamente a la deshidratación, las raíces se desarrollaban adecuadamente en suelos sueltos, y estas características siguen siendo fundamentales actualmente para que podamos comprender cómo cultivar cebollas con resultados óptimos en climas secos.

Antiguo Egipto.

Por muchas razones las cebollas eran veneradas en este periodo en el que se consolidaron como un cultivo agrícola sistemático, indispensable, y de uso masivo en todos los estratos sociales.

  • Se consumían crudas para mitigar la sed, formaban parte esencial de la dieta de quienes se encargaban de la construcción de las pirámides, junto con ajos y rábanos.
  • Se usaba en rituales religiosos y en prácticas médicas, especialmente para problemas respiratorios.
  • Sus círculos concéntricos eran considerados como símbolos de la vida eterna, y por esto se usaban en rituales religiosos, como ingrediente para preparar los restos de los difuntos.

En diversas tumbas egipcias se han encontrado tanto grabados de cebollas como en restos momificados. Se han encontrado momias como la de Ramsés IV (1.155/1.160 a de C), con pequeñas cebollas colocadas en las cuencas oculares, así como en ofrendas funerarias en los altares de los dioses, en imágenes grabadas en las paredes interiores de las pirámides.

Israel.

En la Biblia (Números 11:5), los hijos de Israel se lamentan de la exigua dieta del desierto forzada por el Éxodo: «Recordamos el pescado que comimos en Egipto libremente, los pepinos y los melones y los puerros y las cebollas y el ajo».

Grecia y Roma.

El médico Pedanius Dioscórides (Siglo 1 d. de C), señaló varios usos medicinales de las cebollas. Los griegos las utilizaban para fortalecer a los atletas para los Juegos Olímpicos. Por otra parte, los romanos las consumían regularmente y las llevaban consigo a lo largo de sus travesías. En su «Naturalis Historia», Plinio el Viejo describe los cultivos de los huertos, y en ellos hace referencia a las cebollas como fuente de propiedades medicinales.

Edad Media.

En el periodo entre 500 y 1500 años d.C, registros monásticos como el Capitulare de Villis, de Carlomagno, dejan testimonios sobre las cebollas como cultivo esencial que cumplía varias funciones. Cultivar cebollas era una de las actividades agrícolas de carácter obligatorio en los huertos medievales, pues servía no sólo como alimento diario sino como ingrediente para unguentos y medicaciones con los que se trataban infecciones y problemas digestivos.
Fungía como moneda de cambio, como pago de renta, bienes y servicios. Las cebollas tenían gran valor para estas comunidades medievales por su capacidad de resistencia a climas adversos y las épocas de escasez de alimentos.

Expansión global entre los Siglos XV y XVIII.

Las cebollas fueron transportadas a lo largo del continente americano por los colonizadores europeos como parte del intercambio de cultivos.
Diversos catálogos históricos muestran que los primeros colonos plantaron cebollas en regiones como Massachusetts en 1629 y en Virginia en 1648, entre otras, y a partir de ese entonces este cultivo se despliega a lo largo del territorio americano pasando a ser una actividad agrícola adoptada por los nativos por su rápida aclimatación, fácil transporte y como moneda de intercambio.

Siglo XIX hasta hoy.

Durante el Siglo XIX comienzan a desarrollarse variedades híbridas y cebollas adaptables a diferentes relojes biológicos o fotoperiodos (desarrollo específico de la morfología de la planta frente a la cantidad de horas solares diarias). Por otra parte, las prácticas agrícolas se estandarizan, evolucionando de tal manera que las cebollas hoy en día representan uno de los cultivos con mayor productividad y rentabilidad en el mundo.

Mostramos aquí información complementaria que nos puede interesar:

https://onion.nmsu.edu/history.html?

Características agronómicas y morfológicas que necesitamos conocer para cultivar cebollas.

Cómo cultivar cebollas
¿ Cómo cultivar cebollas para favorecer sus características morfológicas?
Sistema radicular fasciculado y superficial.

Debido a que las raíces de las cebollas son finas y se originan en la base de los bulbos, las podemos localizar aproximadamente hacia los primeros 20 o 30 cm de profundidad, por lo cual vamos a planificar un suelo con buena capacidad de drenaje y nada susceptible a originar encharcamiento. Debemos tener en cuenta que por esta razón las cebollas reciben con agrado irrigaciones frecuentes pero moderadas.

Disco basal: el corazón del bulbo.

Aquí se trata de un tallo de poco tamaño, comprimido y de forma circular del cual emergen las raíces y las hojas carnosas, y va a determinar la forma final de nuestras cebollas.

Sistema foliar.

Las hojas comprenden una vaina, un pseudotallo y un limbo. Dependiendo de la variedad serán tubulares, cilíndricas o subcilíndricas, y disponiéndose alternadamente y envolviéndose entre sí. La base de las hojas formarán las capas de cada bulbo, cumplen la función de fotosintetizar y alimentarlos y de ello dependerá el tamaño definitivo de nuestros frutos.

El bulbo como estructura de reserva.
  • Es la parte comestible de nuestras Allium cepa, formado por hojas modificadas (catáfilas), carnosas, que sirven de almacenaje de agua, azúcares y minerales.
  • Durante el desarrollo las capas externas se tornan secas y siempre protegiendo los bulbos.
  • Según las variedades presentan tonos en blanco, amarillo, rojo o morado, variando su forma: globosa, aplanada, elíptica o cónica.
  • Es en este punto en el que el fotoperiodo cumple un papel vital para que podamos obtener cosechas óptimas de cebollas. Veamos.
  • Las variedades de día corto formarán bulbos con días entre 10 y 12 horas de exposición solar.
  • En cambio, las variedades de día largo necesitarán luz solar entre 14 y 16 horas. Lo estudiaremos más adelante.
Inflorescencia.

Al completar su ciclo, nuestras cebollas desarrollan un tallo floral robusto llamado escapo, que es hueco y no ramificado. Este puede medir entre 50 y 150 cm y en su extremo superior origina una umbela globosa que puede contener de 200 a 600 pequeñas flores.

Este momento es crucial si deseamos obtener semillas, pero nada recomendable si nuestro objetivo es producir bulbos de calidad. Es por esto que debemos tomar decisiones puntuales en esta parte de nuestro mapa de ruta agrícola.

Fruto y semillas.

La cebolla produce un fruto en forma de cápsula trilocular, es decir, un pequeño órgano seco dividido en tres compartimentos internos donde se desarrollan de 6 a 9 semillas de color negro.

Esta estructura nos explica que, si nuestro proyecto consiste en generar semillas, vamos a permitir que algunas plantas lleguen a su etapa de floración y esperaremos a que estas cápsulas se abran.

¿ Cómo cultivar cebollas para enriquecer sus características agronómicas?

En este punto de nuestro mapa de ruta debemos considerar y organizar previamente una serie de técnicas agronómicas con las que podamos mejorar el rendimiento, la calidad y tamaño de nuestros bulbos, la resistencia a enfermedades y su capacidad de conservación después de cada cosecha.

Tengamos presente siempre que, cómo cultivar cebollas no es un sembrar y cosechar solamente, pues estas hermosas especies son sensibles, según sus variedades, al fotoperiodo que hemos estudiado con anterioridad, así como a la naturaleza del suelo y las fluctuaciones climáticas. Manejar debidamente nuestro sembrado de cebollas influye directamente en sus características agronómicas y en los resultados que hemos visualizado. Estudiemos algunos métodos que nos pueden servir de buena ayuda.

Selección de variedades según fotoperiodo.

Se trata de hacer una elección adecuada de variedades que prosperen de acuerdo a la duración solar de cada día en nuestros entornos. Si las variedades que hemos escogido no son aptas para las condiciones de fotoperiodo en las que vamos a sembrar, no formarán bulbos y por lo tanto, no van a prosperar adecuadamente.

Tener a mano buenas indicaciones sobre cómo cultivar cebollas empieza por seleccionar la genética adecuada para nuestro proyecto:

  • Variedades de días cortos (entre 10 y 12 horas de luz solar), son adecuadas para climas cálidos y templados.
  • Variedades de días intermedios (entre 12 y 14 horas de luz solar), se adaptan cómodamente a las regiones del Mediterráneo.
  • Variedades de días largos (entre 14 y 16 horas de luz solar), son convenientes para zonas frías o altas latitudes.

Variedades recomendadas que podemos elegir para cultivar cebollas.

Variedades según el fotoperiodo.

Recordemos que el fotoperiodo va a determinar el momento justo en el que la planta inicia la formación del bulbo:

Cebollas de días cortos.

Exposición solar entre 10 y 12 horas continuas.

Adecuadas para zonas cálidas.

Regiones propicias: Sur de España y América (Andalucía, Murcia, Canarias, América tropical).

Características: Forman bulbos rápidamente, dulces, jugosos y se cultivan en otoño e invierno.

Variedades conocidas:

  • Texas Early Grano.
  • Babosa.
  • Grano de Oro.
  • Cebolla Dulce de Fuentes.
Cebollas de días intermedios.

Exposición solar entre 12 y 14 horas continuas.

Para climas templados.

Regiones propicias: Mediterráneo (Castilla-La Mancha, Valencia, Extremadura).

Características: Muy versátiles, bulbos grandes, gruesos y firmes, dentro del rango esperado para cada variedad, tamaños uniformes entre sí (60/80 mm, 80/100 mm), generalmente entran en la categoría premium.

Variedades frecuentes:

  • Hybelle.
  • Rossa di Tropea.
  • Intermediate Granex.
Cebollas de días largos.

Exposición solar entre 14 y 16 horas continuas.

Para altas latitudes, climas fríos o templados/fríos.

Regiones propicias: Norte de España, Europa del norte.

Características: Requieren largos periodos de verano, originan bulbos grandes y de piel firme, excelente capacidad de conservación.

Variedades destacadas:

  • Sturon.
  • Stuttgarter Riesen.
  • Yellow Globe.
  • Walla Walla.
Variedades según el color del bulbo.
Cebollas blancas.

Características: suave sabor, alta humedad, adecuadas para consumir al fresco, tienen menor capacidad de conservación.

Variedades:

  • White Sweet Spanish.
  • Snowball.
Cebollas amarillas.

Características: sabor equilibrado, gran capacidad de almacenamiento.

Variedades:

  • Paja de Oro.
  • Yellow Granex.
  • Stuttgarter.
Cebollas rojas.

Características: mayor contenido en antocianinas (antioxidantes), tienen capacidad media de conservación, muy apropiadas para ensaladas y consumo al fresco.

Variedades:

  • Red Creole.
  • Red Baron.
  • Morada de Amposta.
Variedades según el ciclo de cultivo.

Ciclos cortos entre 90 y 120 días.

Para climas cálidos.

Características: produce bulbos tempranos.

Variedades:

  • Grano Early.
  • Crystal Wax.

Ciclos intermedios entre 120 y 150 días.

Amplia adaptación climática.

Características: bulbos de buen tamaño.

Variedades:

  • Jaerla.
  • Sturon.

Ciclos largos entre 150 y 180 días.

Adecuadas para producción industrial.

Características: produce bulbos muy grandes.

Variedades:
Yellow Sweet Spanish.
Pantoja.

Variedades tradicionales españolas.

España posee variedades históricas muy apreciadas por consumidores y agricultores, y aportan únicos sabores, excelente textura y adaptaciones regionales muy precisas.

Variedades:

  • Cebolla Recas (Castilla-La Mancha).
  • Cebolla Fuentes de Ebro (DOP, Aragón).
  • Cebolla Morada de Zalla (País Vasco).
  • Cebolla de Figueres (Cataluña).

Asociaciones beneficiosas para cultivar cebollas.

Cómo cultivar cebollas

Un capítulo especial al que debemos prestar atención cuando estudiamos cómo cultivar cebollas para obtener óptimos resultados, es sobre planificar asociaciones adecuadas de especies que nos permitan mejorar el crecimiento, la optimización de nutrientes, aumentar el rendimiento de nuestros frutos, y reducir plagas y enfermedades comunes.

Proponemos visitar artículos que hemos publicado en nuestro espacio agrícola Novamulch, y a continuación los presentamos esperando que nos sea mucho más fácil aprender a asociar plantas compatibles y beneficiosas para lograr un mejor equilibrio ecológico en nuestro cultivo de cebollas, y mejorar nuestra producción.

Veamos cómo podemos aprovechar esta técnica agrícola tradicional de asociaciones beneficiosas.

Zanahorias.

Esta combinación produce una barrera aromática cruzada, pues el follaje y el aroma característico de las zanahorias dificultan la invasión de las plagas comunes de las cebollas, y en reciprocidad, el fuerte aroma de las cebollas repelen la entrada de las plagas típicas de las zanahorias.

Los sistemas radiculares de ambas especies ocupan distintas profundidades. Las raíces de las cebollas son superficiales (0 a 20 cm), en tanto que las de las zanahorias son algo más profundas (30 a 40 cm), lo que favorece el perfil del suelo promoviendo el uso eficiente de nutrientes, mejor aireación y drenaje, y casi nula competencia por agua.

Veamos esta información sobre la reciprocidad entre cebollas, zanahorias, y mucho más:

Los sistemas radiculares de ambas especies ocupan distintas profundidades. Las raíces de las cebollas son superficiales (0 a 20 cm), en tanto que las de las zanahorias son algo más profundas (30 a 40 cm), lo que favorece el perfil del suelo promoviendo el uso eficiente de nutrientes, mejor aireación y drenaje, y casi nula competencia por agua.

Y a continuación presentamos algunos artículos de nuestro espacio agrícola Novamulch, que nos servirán de guía para estudiar otras asociaciones beneficiosas para cultivar cebollas:

Plantar Aromáticas. Un proyecto enriquecedor con ventajas rentables todo el año.

Cultivar Tomates. Un emprendimiento muy productivo y enriquecedor.

Cómo plantar lechugas. Una oportunidad estratégica y muy rentable durante todo el año.

Plantar pimientos, 16 recomendaciones para incorporar técnicas sostenibles y rentables.

¿Cómo cultivar cebollas en diferentes entornos?

Cómo cultivar cebollas

Comencemos por implementar estrategias preventivas y preparar un suelo con las características adecuadas para maximizar el desarrollo de nuestras cebollas. Analicemos.

Debemos contar con suelos franco arenosos, los más favorables para estas especies, pues cuentan con buena capacidad de drenaje y aireación, producen mejores bulbos, no compactan con facilidad.

Es recomendable hacer una nivelación que nos permita distribuir las irrigaciones de forma homogénea, habiendo retirado previamente todo resto de cultivos anteriores y objetos duros (como piedras y terrones compactados), y metálicos o plásticos, e iniciar nuestra siembra en suelos previamente rotados; todo esto altera la composición de la tierra cultivable y por consiguiente, nuestros proyectos agrícolas.

Antes del sembrado podemos controlar la aparición y proliferación de las malas hierbas como la Juncia, extendiendo el acolchado de papel biodegradable Novamulch; y previo a la siembra de semillas o plántulas, abriremos orificios en el extendido y a la distancia y profundidad convenientes.

El pH adecuado será entre 6.0 y 7.0, y es importante hacer una fertilización inicial y fraccionarla durante el ciclo del cultivo para mejorar el tamaño, sabor, firmeza y durabilidad del bulbo. Los nutrientes necesarios son:

  • Una incorporación ligera y moderada de compost bien descompuesto y suelto.
  • Nitrógeno, que favorece el desarrollo foliar, y sin excesos para evitar retraso del desarrollo del bulbo.
  • Fósforo, que enriquece los contenidos de la energía celular y el crecimiento inicial.
  • Potasio, que produce un adecuado engrosamiento del bulbo y sana capacidad de almacenamiento.
  • Azufre, que promueve la síntesis apropiada de compuestos sulfurados; estos son responsables del sabor y valor nutricional y farmacéutico de las cebollas.

Las irrigaciones deben ser moderadas y frecuentes durante el crecimiento del sistema foliar, reduciendo progresivamente en la fase de formación de bulbo. Se recomienda suspender los riegos entre 10 y 15 días previos a la cosecha, para permitir bulbos más secos, con mejor capacidad de almacenamiento y menos proclives a la incidencia de hongos como Botrytis y Mildiu, que estudiaremos más adelante.

Debemos cuidar especialmente el sistema foliar de nuestro cultivo de cebollas, pues de ello depende la conservación de toda la estructura de la planta y la calidad que deseamos obtener de los bulbos. Evitaremos exposiciones intensas de luz solar y daños mecánicos. Un follaje sano produce bulbos más grandes, más firmes y con mejores balances de sólidos solubles.

¿Cómo cultivar cebollas en campo abierto?

En nuestro mapa de ruta observaremos en primer lugar cómo debemos manejar las irrigaciones en este tipo de entorno. Estudiemos.

Riego frecuente y moderado durante el crecimiento foliar:

Durante los primeros 40 a 60 días, nuestras cebollas necesitan mantener un suelo ligeramente húmedo y nunca saturado, por lo que los haremos ligeros y frecuentes, y evitando niveles de humedad que favorezcan la aparición de hongos indeseados o podredumbre.

Reducción de las irrigaciones durante la formación del bulbo:

En el momento en el que las cebollas comienzan a engrosar la base de sus hojas internas, y detienen su crecimiento foliar externo, necesitan un estímulo ambiental específico para iniciar la formación del bulbo, y esto es el fotoperiodo o cantidad de horas de luz solar que disponemos día a día.

Como analizamos anteriormente en nuestro espacio agrícola Novamulch, cada variedad de cebollas está genéticamente programada para comenzar esta bulbificación sólo cuando reciben el número de horas de luz correctas.
Esto se debe a que las cebollas pertenecen a un grupo de especies extremadamente sensibles a la duración del día, y su sistema hormonal detecta cuándo la luz diaria alcanza cierto umbral para poder activar su proceso de engrosamiento del bulbo.

En este momento es recomendable reducir el volumen y espaciar las irrigaciones para que estos bulbos puedan desarrollarse en el hábitat húmedo adecuado; sin excesos. De esta forma mejoraremos su densidad y calidad comercial.

Ahora bien, ¿Cuáles son las distancias recomendables para colocar las semillas y plántulas de cebollas en campo abierto?

Tengamos siempre presente que el cultivo de cebollas necesita suelos sin competencia de especies que no son beneficiosas, así como buena aireación y drenaje y suficiente espacio para que los bulbos puedan desarrollarse sanamente. Sabemos que sis raíces son superficiales y sensibles a la saturación y exceso de densidad.

Siembra directa de semillas de cebollas.

Este no es el método más común en los cultivos comerciales, pero sí se utiliza en la agricultura tradicional y en algunas regiones cálidas. Sin embargo y si es nuestro caso, sembraremos las semillas con una separación entre 2 y 4 cm.

Una vez que las plántulas desarrollan una altura aproximada de 10 a 15 cm, debemos aclarar o retirar las más jóvenes o débiles después de la germinación, para dejar sólo las más robustas y con la distancia correcta entre ellas.

La distancia recomendada entre hileras es de 30 a 40 cm de separación, permitiendo así espacio suficiente para que se desarrollen en su totalidad.

Siembra directa de plántulas de cebollas.

Esta técnica es la más recomendable pues ofrece ventajas como una mayor uniformidad de los frutos, mejor control sanitario y adelanto del cultivo, y las distancias estimadas pueden variar según la variedad que hayamos seleccionado y el clima de la zona del sembrado.

El trasplante puede hacerse con una distancia aproximada de 7 a 10 cm entre plántulas, y entre 30 y 35 cm entre filas.

¿Cómo cultivar cebollas en invernadero?

Como sabemos, cultivar en invernadero nos ofrece beneficios agronómicos y productivos especialmente en el caso de las cebollas, por su sensibilidad a temperaturas y fluctuaciones climáticas imprevistas, y por los requerimientos de humedad, ventilación y fotoperiodos para cada variedad.

Además, en estos entornos protegidos podemos sostener mayor control sobre estos factores condicionantes, y con un buen seguimiento tendremos excelente productividad y calidad.

En invernadero establecemos eficientes riegos por goteo, lo que nos ahorra significativamente los costes de agua, y si extendemos el acolchado de papel biodegradable Novamulch solucionamos eventuales compactaciones de la tierra, lixiviaciones, evaporaciones, humedades excesivas proclives a la aparición de hongos y enfermedades.

Produciremos mejores precios por kilo de cebollas pues los bulbos se forman con un tamaño uniforme y de mayor densidad, y tendrán una mayor vida útil después de cada cosecha.

La oferta de nuestros productos serán continuas y estables por lo que en invernadero podemos sembrar y trasplantar fuera de temporada, escalonar siembras, y producir cebollas durante meses donde el campo abierto no nos lo permite.

Por otro lado, estamos en libertad de poder hacer siembras desde las semillas así como trasplantes de plántulas, en bandejas alveoladas o de varios compartimientos con agujero de drenaje en la base.

En estas sembraremos una semilla por cada celda o haremos trasplante de una plántula; así, cada una crecerá en su propio espacio sin riesgo de competir, la raíz crece vertical, compacta, y no se enreda con otras plantas, y el sustrato que hayamos añadido retiene todo lo necesario para que se produzca una germinación o crecimiento vegetativo robustos, evitando siempre que las hojas jóvenes se toquen entre bandejas para evitar la aparición de hongos.

Cultivar cebollas en macetas.

No todas las variedades de cebolla tienen el mismo comportamiento en espacios reducidos. Para que el cultivo en maceta sea efectivo, es fundamental elegir variedades que formen bulbos medianos o pequeños, tengan ciclos vegetativos cortos o medios, no requieran un sistema radicular profundo, y toleren con facilidad el confinamiento en sustrato.

Estas variedades pueden ser de días cortos (requieren entre 10 y 12 horas de luz solar para iniciar la bulbificación), como por ejemplo, Texas Early Grano, Babosa, Grano de Oro y Blanca Dulce.

Otras variedades recomendadas son las Cebollas tiernas o Cebollas de manojo, que no necesitan formar un bulbo grande por lo que ocupan poco espacio, son perfectas para macetas pequeñas o largas, su sistema radicular es mínimo y crecen en ciclos muy cortos. Ejemplos de estas variedades son Cebolleta, Cebollín o cebolla de verdeo, y Ajo tierno (Allium sativum joven).

A propósito, añadimos nuestro artículo sobre el cultivo de Ajos. Nos va a servir de buen material de apoyo:

¿Cómo plantar ajos aplicando técnicas agrícolas modernas?

También tenemos otras opciones como las Cebollas de bulbo pequeño o tamaño compacto: Cipollini (italiana, bulbo plano y pequeño), Red Creole (roja, pequeña y muy aromática), Blanca Mini, y Yellow Sweet Mini. Sus bulbos se adaptan con facilidad a estos entornos más reducidos pues no necesitan espacios amplios para engrosar.

Las Cebollas de día intermedio de calibre moderado, se amoldan cómodamente si las macetas tienen entre 20 y 30 cm de profundidad. Produce bulbos medianos: Morada de Amposta, Figueres, y Rossa di Tropea.

Las Cebollas multiplicadoras o Shallots, son muy recomendables para macetas pues requieren menos espacio, producen varios bulbos pequeños por planta, y toleran muy bien el sustrato suelto y confinado: Shallot Jersey y Shallot Red Sun.

Cultivar cebollas en huertos ecológicos domésticos y urbanos.

Para estos entornos presentamos tres métodos principales de siembra: semillas, plántulas y bulbillos. Cada técnica tiene ventajas específicas, especialmente cuando se busca aprender cómo cultivar cebollas de forma sostenible, sin productos químicos y aprovechando al máximo los recursos. Veamos.

Siembra ecológica desde semillas:

Este es el método más natural y económico por su bajo coste y menor riesgo de introducir plagas desde los viveros. Debemos seleccionar semillas certificadas ecológicas o de bancos de semillas locales, igualmente sembraremos en bandejas compartimentadas de buen drenaje o también en semilleros caseros.

Colocamos las semillas entre 0.5 y 1 cm de profundidad y cubrimos ligeramente con buen sustrato suelto. Es importante llevar un registro de los niveles de humedad. Para esto podemos extender el acolchado de papel biodegradable Novamulch y así nos evitaremos correr riesgos imprevistos, y además evitamos proliferación de malas hierbas, protegemos la composición del sustrato, y favorecemos el desarrollo de microorganismos beneficiosos.

Siembra ecológica mediante plántulas (trasplante):

Este método es ideal para huertos urbanos, y también para mesas de cultivo y macetas. Ahorramos tiempo, nos permite hacer una selección de plántulas robustas, reducimos pérdidas por una eventual germinación irregular, y aportamos mayor uniformidad de bulbos. En estos casos, las distancias ecológicas recomendadas para ubicar cada plántula serán entre 10 y 15 cm entre plantitas, y entre 30 y 40 cm entre hileras; así permitimos buena aireación y choque entre hojas.

Cultivar cebollas en terrazas y balcones.

Al decidir cómo cultivar cebollas en estos entornos, los recipientes en los cuales vamos a laborar serán un paso decisivo dentro de nuestro mapa de ruta.
Dado que la cebolla desarrolla un sistema radicular superficial y requiere estabilidad, buen drenaje y suficiente espacio para que el bulbo engrose, el contenedor debe cumplir ciertos requisitos técnicos. En estos casos, las opciones más eficaces serán macetas profundas, jardineras largas y mesas de cultivo.Comencemos por las macetas profundas.

Comencemos por las macetas profundas.

Vamos a elegir aquellas con una profundidad mínima de 20 a 25 cm, entre 20 y 30 cm de diámetro (para cebollas medianas), y con capacidad de 6 a 10 litros por planta (según la variedad). Estas condiciones nos ofrecen ciertas ventajas como el un fácil manejo y movilidad de los recipientes, control total de los riegos, menor riesgo a adquirir enfermedades típicas del suelo, y serán perfectas para variedades pequeñas o tiernas como las cebolletas y el cipollini.

Las Jardineras como mejor opción para cultivar varias cebollas en línea.

En estas podemos reproducir relativamente la siembra en campo abierto, pues nos permite distribuir las plantas en hileras. Son una opción excelente para balcones largos, nos ofrece una buena aireación entre plantas y facilitamos implementar asociaciones beneficiosas y ecológicas como intercalar zanahorias, lechugas, manzanilla, entre otros.

Las Mesas de cultivo nos aportan máxima comodidad y mejor ergonomía.

Para terrazas grandes son muy convenientes porque podemos trabajar de pie, especialmente si se trata de personas con movilidad reducida. Asimismo, tendremos mayor estabilidad térmica del sustrato y facilidad para hacer trasplantes y rotaciones de cultivos cómodamente.

La superficie recomendada está entre 60x 80 cm aproximadamente, con una altura del sustrato entre 20 y 30 cm. Debemos asegurar que nuestros contenedores tengan un buen sistema de drenaje incorporado, y resistencia suficiente como para mantenerse estables frente a fuertes ráfagas de viento.

El acolchado de papel biodegradable Novamulch como técnica avanzada para cultivar cebollas.

Cómo cultivar cebollas

El acolchado biodegradable se ha convertido en una herramienta clave para los agricultores que desean optimizar el manejo del suelo, mejorar la eficiencia del riego y reducir el uso de herbicidas. En particular, el acolchado de papel biodegradable Novamulch destaca por su resistencia, capacidad de biodegradación y eficacia agronómica.
Su uso es especialmente necesario para quienes buscamos cómo cultivar cebollas con mejores rendimientos, mayor sostenibilidad y menos labores manuales.

Entre las múltiples ventajas que nos aporta el acolchado de papel biodegradable Novamulch para cultivar en cualquier entorno, encontramos el control total de la aparición y proliferación de malas hierbas como la Juncia, y sobre todo, en el caso de nuestro cultivo de cebollas, el acolchado Novamulch cumple además y efectivamente con las siguientes funciones:

  • bloquea la exposición solar intensa sobre el suelo y el sembrado, reduce el estrés hídrico en fases clave como el crecimiento foliar y la bulbificación, disminuye la evaporación,
  • mejora la eficiencia del riego por goteo, evita los excesos de humedad y la manipulación mecánica de la tierra, que puede ocasionar daños a nuestras plantas,
  • es especialmente relevante en explotaciones ecológicas y en áreas donde el control químico no está permitido, se biodegrada mediante la acción microbiana natural al término de cada ciclo de sembrado convirtiéndose en un rico nutriente para próximos proyectos agrícolas, no deja residuos, por lo cual, no requiere retirada al final del cultivo, reduce la huella de carbono, colaborando así con el ecosistema y la microbiota del suelo.
Cómo cultivar cebollas

Como el acolchado de papel biodegradable Novamulch funciona como un excelente estabilizador de la temperatura del suelo, favorece el desarrollo radicular de las cebollas, acelera la germinación cuando se usa en semilleros o trasplantes, evita las oscilaciones bruscas que puedan ocasionar daños en el bulbo, ayuda a conservar una temperatura estable durante todo el ciclo del sembrado, y promueve la formación robusta de los bulbos de las cebollas.

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¿Cuáles son los tiempos precisos para la cosecha de las cebollas?

Conocer el momento exacto de la cosecha es clave cuando buscamos aprender cómo cultivar cebollas con resultados satisfactorios. Los tiempos de recolección van a determinar el calibre final, la calidad de almacenamiento y la sanidad de nuestros bulbos. Aunque los días pueden variar según la variedad y el clima, existen indicadores agronómicos precisos y universales que permiten definir cuándo las cebollas están realmente listas para ser recolectadas.

Estudiemos varios condicionantes:

Duración del ciclo según el tipo de cebollas.

El ciclo de cultivo va a depender del fotoperiodo y las variedades que hemos seleccionado.

Para las cebollas de días cortos:

Ciclo entre 90 y 110 días a partir del trasplante.
Recolección: desde finales de primavera hasta inicios de verano.
Variedades comunes: Texas Early Grano, Babosa, Grano de Oro.

Para las cebollas de días intermedios:

Ciclo entre 110 y 140 días a partir del trasplante.
Recolección: durante el verano.
Variedades mediterráneas como Figueres o Morada de Amposta.

Para las cebollas de días largos:

Ciclo entre140 y 170 días a partir del trasplante.
Recolección: desde finales de verano hasta inicios de otoño.
Variedades más cultivadas en climas más fríos del norte de Europa: Sturon, Stuttgarter Riesen (o Stuttgarter Giant), Rijnsburger (serie), Ailsa Craig, Red Baron (de día largo), Hyfield y otras híbridas nórdicas, Snowball / White Lisbon (tipo día largo) y Stuttgart Red o Red Karmen.

Indicador visual más fiable: el acolchado natural del follaje.

La señal más común que se sigue para determinar el momento exacto de la cosecha es el momento en el que las hojas se acuestan o doblan entre un 50% y 80%, naturalmente, lo cual indica que ha finalizado el proceso de bulbificación, se ha adquirido madurez fisiológica, el espesor adecuado de las túnicas externas de las cebollas o capas secas y protectoras que envuelven el bulbo una vez que ha completado su maduración (estas túnicas externas son las pieles que vemos al abrir una cebolla, y presenta tonos dorados, blancos, morados o rojizos, según cada variedad), y el inicio de la deshidratación del cuello.

Confirmación agronómica: el cuello del bulbo debe estar blando.

Para lograr una buena cosecha vamos a presionar suavemente el cuello del bulbo, que debe sentirse blando y estrangulable, nunca duro o hinchado. Este punto marca el cierre natural del ciclo.

Tiempos entre el doblado del follaje y la cosecha de cebollas.

Una vez que el follaje cae, es recomendable esperar entre 7 y 14 días antes de iniciar la recolección, lo que permite que el bulbo madure completamente, que se sequen las capas o túnicas externas, y evitaremos correr el riesgo de recolectar cebollas con cuello grueso; esto va a reducir su capacidad para una sana conservación y almacenaje.

Presentamos varios datos para que podamos medir cuándo no proceder a la recolección de nuestras cebollas:

Cuando el follaje siga firme y erguido, cuando observemos un cuello grueso y verde, y cuando el bulbo no presente túnicas secas.

En caso de no haber esperado el término del plazo requerido de 60 días o más para que el ciclo de crecimiento y maduración se complete, siempre según la variedad, ocasionaremos bulbos pequeños de menor dulzor y capacidad de conservación precaria, con riesgo muy probable de podredumbre en los frutos.

Condiciones ideales para la cosecha de nuestras cebollas.

Si deseamos maximizar la calidad y durabilidad de nuestro proyecto agrícola, debemos recolectar en días secos y soleados, y nunca después de las lluvias.
Asimismo, evitaremos que el bulbo quede expuesto a altos niveles de humedad durante la extracción, y cuidaremos de no ocasionar eventuales daños a las túnicas externas.

Señales de cosecha de las cebollas según su uso final.

Para las cebollas tiernas o cebolleta:
Recolectar entre 60 y 80 días cuando follaje aún esté verde y el bulbo sea pequeño o aún sin bulbificar. Nuestras cebollas tendrán un mejor sabor, suave y fresco.

Para las cebollas que vamos a almacenar:
Es conveniente esperar la plenitud del ciclo con túnicas bien formadas, el cuello totalmente blando y el follaje caído de manera natural.

También procuraremos curar los bulbos, es decir, después de haber cosechado, dejaremos secar de manera controlada y progresiva para cerrar el cuello, que debe deshidratarse hasta quedar fino y completamente sellado, evitando la entrada de hongos.

Permitiremos el endurecimiento de las túnicas externas para que las pieles se tornen resistentes y secas; en esta forma protegeremos los bulbos durante meses.

Estos pasos son adecuados para conservar nuestras cebollas entre 4 y 8 meses, según la variedad.

¿Cómo debemos almacenar adecuadamente las cebollas después de la cosecha?

  • Vamos a colocarlas en espacios ventilados: cobertizos sin humedad, invernaderos abiertos, estructuras o instalaciones con sombra (evitaremos la exposición solar directa), sobre rejillas o bandejas siempre elevadas del suelo.
  • La temperatura ideal para un buen almacenaje será entre 25° y 30°C, mas una humedad relativa hasta un 70%, durante un periodo recomendable de 10 a 14 días, para producir un secado lento pero con buenas medidas de seguridad.
  • Igualmente, vamos a girar o mover ligeramente los bulbos para asegurar un secado uniforme, recortando las hojas y raíces sólo al final y nunca antes del curado, pues nos arriesgamos a abrir vías de acceso a patógenos, perdemos humedad en los bulbos y reducimos la capacidad de conservación.
  • Después del proceso del curado, cortaremos las raíces a 1 cm y las hojas a 2 o 3 cm.

Plagas y enfermedades frecuentes que debemos tomar en cuenta antes de cultivar cebollas.

Plagas.
Mosca de la cebolla (Delia antiqua).

Causas y aparición:

Insecto muy común en Europa y regiones templadas.
Las larvas se alimentan del bulbo en formación.
Causa graves daños en plántulas y cebollas tiernas.

Síntomas:

Marchitamiento repentino de hojas.
Bulbo perforado y blando.
Mal olor por podredumbre interna.
Plantas que se retiran fácilmente.

Condiciones favorables:

Suelos muy húmedos.
Primaveras frescas, con temperaturas que oscilan entre 10° y 20°C.
Presencia de restos orgánicos sin descomponer.

Prevención ecológica:

Rotación mínima de 3 años sin volver a plantar Allium.
Semilleros protegidos con malla antifuga.
Eliminación de restos de cosecha.

Control ecológico:

Trampas amarillas para adultos.
Malla antiinsectos de un grosor estimado entre 0,8 y 1 mm.
Aplicación de Bacillus thuringiensis en tratamientos preventivos tempranos.
Acolchado de papel biodegradable Novamulch para reducir la inoculación de huevos en el suelo.

Trips de la cebolla (Thrips tabaci).

Causas:

Insecto chupador muy frecuente en climas secos.
Se alimenta de hojas, debilitando la planta.

Síntomas:
Hojas plateadas o blanquecinas.
Puntos y decoloraciones lineales.
Bulbos pequeños por reducción fotosintética.
Presencia de diminutos insectos al sacudir la planta.

Condiciones favorables:
Temperaturas superiores a 25°C.
Ambientes secos y baja humedad relativa.
Exceso de nitrógeno, pues favorece la formación de tejidos tiernos.

Prevención ecológica:

Riego por aspersión puntual para aumentar la humedad ambiental.
Eliminación de malas hierbas hospedantes.
Asociación con zanahorias o caléndula.

Control ecológico:
Trampas azules específicas para trips.
Extracto de Neem (azadiractina).
Jabón potásico aplicado al envés de hojas.
Liberación de Amblyseius swirskii o Orius laevigatus como método de control biológico.

Minador de hojas (Liriomyza spp.).

Síntomas:
Galerías serpenteantes dentro de las hojas.
Hojas debilitadas y necrosadas.
Reducción del tamaño del bulbo.

Condiciones favorables:
Temperaturas suaves, entre 20 y 28°C.
Abundancia de vegetación cercana.

Prevención ecológica:
Malla antiinsectos.
Mantener el huerto libre de malezas.
Rotaciones con solanáceas o crucíferas.

Control ecológico:
Trampas cromáticas amarillas.
Poda higiénica de hojas afectadas.
Uso de Beauveria bassiana (hongo entomopatógeno).

Nematodos del bulbo (Ditylenchus dipsaci).

Síntomas:
Hinchazón del cuello.
Deformaciones del bulbo.
Hojas torcidas y crecimiento detenido.
Anillos concéntricos dentro de la cebolla.

Condiciones favorables:
Suelos pesados o mal drenados.
Campos con historial de Allium.

Prevención ecológica:
Rotación de 4 a 5 años.
Suelos aireados y con buen drenaje.
Uso de plántulas certificadas libres de nematodos.

Control ecológico:
Solarización del suelo.
Incorporación de mostaza blanca como abono verde (biofumigación natural).
Extractos de aloe vera o ajos como nematicidas suaves.

Pulgón del ajo y la cebolla (Neotoxoptera formosana).

Síntomas:
Rosetas deformadas.
Melaza pegajosa.
Hojas amarillentas o enrolladas.
Presencia de hormigas (que “pastorean” pulgones).

Condiciones favorables:
Primavera húmeda.
Exceso de nitrógeno.
Plantas debilitadas.

Prevención ecológica:
Plantar cebollas junto a caléndulas, albahaca o cilantro.
Evitar abonados nitrogenados excesivos.
Buen manejo del riego.

Control ecológico:
Jabón potásico.
Extracto de Neem.
Aceite de parafina agrícola (ecológico certificado).
Control biológico con mariquitas y crisopas.

Gorgojo o escarabajo de la cebolla (Ceutorhynchus suturalis).

Síntomas:
Puntos redondeados en las hojas.
Larvas dentro del pseudotallo.
Detención del crecimiento.

Condiciones favorables:
Inviernos suaves.
Suelos de alta materia orgánica.

Prevención ecológica:
Mantener distancias adecuadas.
Rotación de cultivos.
Eliminación de residuos de cebolla tras la cosecha.

Control ecológico:
Trampas cromáticas.
Aceite de Neem.
Recolección manual en pequeños huertos.

Prevención general ecológica en el cultivo de cebolla. Consejos útiles.
  • Rotación de cultivos de 3 a 5 años.
  • Evitar acumulación de plagas específicas de Allium.
  • Implementar el uso del acolchado de papel biodegradable Novamulch, que reduce la humedad superficial, inhibe malas hierbas, dificulta la puesta de huevos, y proporciona buena calidad de drenaje además de permitir sólo los riegos por goteo indispensables.
  • Recordemos que el exceso de agua aumenta la posibilidad de generar podredumbre de toda la estructura de las plantas y atrae moscas del bulbo.
  • Asociación de cultivos: Cebolla y zanahoria que funcionan como repelentes mutuos. Revisemos las asociaciones beneficiosas que mostramos con anterioridad en este espacio agrícola sobre cómo cultivar cebollas.
Enfermedades frecuentes en el cultivo de cebollas.
Mildiu de la cebolla.

Patógeno: Peronospora destructor.

Causas y aparición:
Hongo muy común en zonas húmedas y frescas.
Se propaga por esporas transportadas por el viento.
Afecta principalmente al follaje.

Síntomas:
Manchas amarillas pálidas en las hojas.
Aparición de un polvo gris/violeta en el envés de las hojas.
Detención del crecimiento del bulbo.
Hojas caídas y necrosadas.

Condiciones favorables:
Humedad relativa aproximada de 90 %.
Temperaturas entre 10° y 18°C.
Riegos por aspersión y escasa ventilación.

Prevención ecológica:
Rotar cultivos durante 3 años.
Riego por goteo; nunca por aspersión.
Separación adecuada entre plantas; evitar densidades altas y choque entre hojas.
Acolchado de papel biodegradable Novamulch para reducir la humedad en el follaje.

Control ecológico:
Aplicaciones preventivas de cola de caballo (rica en sílice, fungistática).
Extracto de propolis, con efecto antifúngico natural.
Bicarbonato potásico (permitido en agricultura ecológica).
Ventilación adecuada en invernaderos.

Botrytis o podredumbre del cuello.

Patógeno: Botrytis allii, B. cinerea.

Causas:
Patógeno que penetra por el cuello o heridas.
Muy frecuente en zonas húmedas y después de los tiempos de cosecha.

Síntomas:
Cuello blando, húmedo y mal olor.
Aparición de moho gris.
Bulbos que se hunden al presionar.
Podredumbre progresiva durante almacenamiento.

Condiciones favorables:
Altos niveles de humedad.
Cosecha prematura sin cierre del cuello.
Curado insuficiente.
Almacenamiento pobremente ventilado.

Prevención ecológica:
Seguir el momento exacto de cosecha; entre 50% y 80% del follaje caído.
Curado correcto de 10 a 14 días.
Evitar golpes o heridas durante la recolección.
Almacenamiento hasta 70% de humedad relativa y planificar una buena ventilación.

Control ecológico:
Ventilación intensiva después de los tiempos de cosecha.
Retirada rápida de bulbos infectados.
Tratamientos preventivos con extracto de ajo o propóleos.

Fusariosis del bulbo.

Patógeno: Fusarium oxysporum f. sp. cepae.

Causas:
Hongo del suelo con supervivencia prolongada.
Penetra por raíces dañadas o en presencia de estrés hídrico.

Síntomas:
Pardeamiento de raíces.
Cuello blando y color marrón interno.
Bulbo con anillos acuosos o rojizos.
Plantas que se secan prematuramente.

Condiciones favorables:

Suelos cálidos, entre 25° y 28°C.
Exceso de humedad y drenaje deficiente.
Suelos compactados o pesados.

Prevención ecológica:
Rotaciones de 4 a 5 años.
Suelos aireados y ricos en materia orgánica.
Acolchado de papel biodegradable Novamulch para evitar salpicaduras del suelo.
Evitar riegos excesivos.

Control ecológico:
Biofumigación con mostaza blanca o brássicas.
Uso de compost muy maduro, que reduce el inoculo de Fusarium.
Trichoderma harzianum como control biológico efectivo.

Mancha púrpura.

Patógeno: Alternaria porri.

Causas:
Ataca principalmente el follaje.
Favorecido por humedad nocturna y calor diurno.

Síntomas:
Manchas alargadas color púrpura oscuro.
Halos amarillos alrededor de las lesiones.
Hojas que se secan desde la punta hacia abajo.
Reducción severa del calibre del bulbo.

Condiciones favorables:
Humedad relativa por encima de 80 %.
Temperaturas entre 20° y 30°C.
Presencia de rocío intenso.

Prevención ecológica:
Densidades de plantación aireadas.
Riegos tempranos para evitar humedad nocturna.
Eliminación de residuos infectados.

Control ecológico:
Aplicaciones de aceite de Neem (fungistático).
Biofungicidas con Bacillus subtilis.
Extractos naturales de ortiga o manzanilla.

Antracnosis.

Patógeno: Colletotrichum circinans.

Síntomas:
Manchas hundidas y acuosas en hojas.
Manchas negras circulares en podredumbres avanzadas.
Plantas débiles y con menor bulbificación.

Condiciones favorables:
Lluvias frecuentes.
Temperaturas por encima de 25°C.
Alta humedad y mala ventilación.

Prevención y control ecológico:
Rotaciones de cultivo.
Evitar mojar el follaje.
Aplicaciones de cobre ecológico (autorizado).
Extracto de ajo o propóleos como preventivos.

Bacteriosis del bulbo.

Patógenos: múltiples especies como Pseudomonas spp., Erwinia spp. y Burkholderia cepacia.

Síntomas:
Olor fuerte y desagradable.
Bulbo blando y acuoso.
Podredumbre húmeda interna.
Líquido viscoso amarillento.

Causas y condiciones favorables:
Exceso de agua.
Altas temperaturas tras lluvia.
Almacenamiento incorrecto.
Daños mecánicos en la cosecha.

Prevención ecológica:
Riego moderado.
Cosecha en seco.
Curado muy cuidadoso.
Herramientas desinfectadas.

Control ecológico:
Retirada inmediata de bulbos infectados.
Ventilación constante.
Incremento de materia orgánica para mejorar una microbiota benéfica.

Prevención general ecológica contra enfermedades:
  • Rotación de cultivos de 3 a 5 años para evitar la acumulación de patógenos de Allium.
  • Acolchado biodegradable (Novamulch) para reducir salpicaduras en el suelo y humedad directa en el follaje. Además, previene el crecimiento de las malas hierbas.
  • Riego por goteo para minimizar la humedad foliar, principal factor de hongos.
  • Curado adecuado de las cebollas que previene la botrytis y bacteriosis durante el almacenamiento.
  • Suelos sanos y aireados. La microbiología beneficiosa compite contra Fusarium, Alternaria y otros patógenos.

Consideraciones y reflexiones finales.

Cómo cultivar cebollas

¿Cómo cultivar cebollas? Hemos revisado en detalle cada parte de este camino que, llevado con amor y cuidados, nos dará recompensas muy valiosas. Desde sus orígenes ancestrales, las cebollas han sido, son y serán esenciales en nuestro día a día y en sus múltiples versiones.

Así que, manos a la obra y muchos éxitos!

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