Cultivar Tomates. Un emprendimiento muy productivo y enriquecedor.

Cultivar tomates es un ejercicio agrícola que hemos desarrollado desde tiempos ancestrales. Hoy en día consideramos que ya es una tradición y muy satisfactoria y rentable, que implementamos en grandes extensiones de terreno para fines comerciales, así como en huertos domésticos, comunitarios, en invernaderos, y en espacios reducidos como terrazas, balcones y macetas.

En nuestro espacio agrícola de hoy vamos a conocer todos los detalles que necesitamos para que nuestro proyecto sobre cultivar tomates sea óptimo y productivo. Bienvenidos!

Tabla de contenido

Antecedentes históricos del tomate.

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Debemos remontarnos a los orígenes precolombinos del Solanum lycopersicum, el tomate, cuyas raíces se remontan a las regiones andinas del Perú, Ecuador y el norte de Chile, y en Mesoamérica, actuales Méjico y Centroamérica, en los que nuestra planta aparece en su estado silvestre, con frutos pequeños y de sabor ácido, muy parecidos a los tomates cherry que conocemos hoy.

Fue en estas regiones donde se cultivó por primera vez el tomate, en náhuatl, tomatl o xitomatl, que significa “fruto con ombligo de agua”. Xito o xictli significa ombligo, y Matl o tomatl significa agua o fruto con líquido. Esto describía un fruto redondeado, jugoso y con una pequeña depresión en la parte inferior parecida a un ombligo, y pasa a formar parte del comercio y la dieta habitual pues estas culturas precolombinas seleccionaron los frutos más robustos, coloridos y de mejor sabor, los reprodujeron y dieron origen a formas domesticadas y variadas.

Así, plantar tomates se convierte en una base esencial para la alimentación indígena americana, y además del maíz, el cacao y la patata, en el Siglo XVI llega a Europa y al resto del mundo al encontrarse ambos continentes.

Conocido en Italia como pomo d’oro o manzana dorada, el tomate inicia su camino de popularidad y consumo regular sobre todo al sur de este país, y se convierte en ingrediente fundamental para la preparación de guisos, salsas y conservas.

Para la gastronomía mediterránea española, especialmente Andalucía y Cataluña, plantar tomates pasa a formar parte fundamental en la agricultura y en el consumo habitual de estas regiones.

Durante el Siglo XIX, Rusia, India, y China eran frecuentes cultivadores de tomates, y actualmente los principales líderes de la producción mundial de tomates son China, India, Estados Unidos, Turquía y Egipto.

Características agronómicas del tomate.

Cuando vamos a diseñar un mapa de ruta para plantar tomates, y como nuestro propósito es obtener óptima productividad y calidad, es muy importante que consideremos varios aspectos. Entre ellos comenzaremos por estudiar las características agronómicas de nuestros tomates.

En primer lugar, analicemos ahora la estructura de los tomates:

  • Sistema radicular: es robusto, tienen raíces principales profundas, y numerosas raíces secundarias.
  • Tallos: crecen en forma vertical y en el caso de los cultivos indeterminados pueden alcanzar una altura de más de 2 mts.
  • Hojas: deben ser revisadas permanentemente para eliminar aquellas que presenten manchas o decoloraciones; así conservamos la energía del crecimiento sobre las hojas sanas.
  • Flores: son pequeñas, amarillas y hermafroditas, pero pueden ser polinizadas por efecto del viento o insectos.

Aquí presentamos unos links con información que nos puede interesar:

https://es.wikipedia.org/wiki/Tomate

Ahora, conozcamos los hábitos de crecimiento brevemente pues más adelante veremos cómo operan según las variedades que seleccionemos.
  • Tomates de ciclos determinados: son aquellos que tienen un tiempo limitado de crecimiento, y producirán frutos en períodos cortos. Plantar tomates con estas características será muy adecuado para fines industriales.
  • Tomates de ciclos indeterminados: crecerán continuamente, cosecharemos frutos durante toda la temporada y vamos a requerir implementar tutores y hacer podas frecuentes para conservar el vigor de nuestras plantas. Los tomates son plantas anuales y podemos prolongar su producción si mantenemos controlado nuestro cultivo.
  • Periodo de germinación: ocurre entre 5 y 10 días, a una temperatura de 20° a 28°C.
  • Desarrollo vegetativo: transcurre hasta la aparición de las primeras flores, que al ser polinizadas, darán inicio a lo que se conoce como Cuajado, es decir, la transformación de la flor en fruto.
  • Tiempo aproximado de desarrollo: será entre 90 y 150 días, de acuerdo a la variedad elegida y las condiciones que hemos dispuesto para nuestro cultivo.

Variedades de tomate y su comportamiento agronómico.

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Comencemos a revisar en detalle las variedades de acuerdo a sus hábitos de crecimiento.

Ya hemos visto que la variedad determinada de tomates tiene tiempos cortos de crecimiento, producen cosechas concentradas de frutos, y son plantas compactas adecuadas para espacios reducidos como huertos domésticos, comunitarios, terrazas, balcones, macetas, en los que conviene cosechar en periodos cortos y abundantes con una mínima necesidad de poda y entutorado. Asimismo, plantar tomates determinados es conveniente para regiones de temporadas breves pues generan prontas cosechas. Estudiemos.

Variedad Roma: cultivados frecuentemente en regiones mediterráneas, de forma alargada, pulpa espesa, pocas semillas y color rojo intenso, de bajo contenido en agua y adecuados para la preparación de salsas, purés, conservas y deshidratados para consumirlos secos.
Esta variedad híbrida es desarrollada en Estados Unidos de norteamérica hacia 1950, y fue concebida para ser procesada a nivel industrial. Hoy en día se cultiva a nivel global.

Variedad Celebrity: esta también es una especie híbrida de tamaño mediano, redondo y ligeramente achatado, producto de la unión de dos variedades con características genéticas de óptima calidad. El resultado es un fruto muy resistente a enfermedades, de alta productividad y maduración homogénea. Celebrity es adecuada y de fácil manejo para sembrar tanto en campo abierto como en invernaderos y espacios reducidos, y prefiere climas templados y cálidos. Es utilizada en la elaboración de ensaladas y para consumirla al fresco.

Variedad Río Grande: muy apropiada para climas cálidos y secos, es tolerante al estrés hídrico y a zonas áridas, pero necesita riegos regulares. Es un fruto mediano y ovalado, igualmente con pocas semillas y pulpa gruesa de bajo contenido en agua, ideal para triturados, deshidratados, salsas, purés y conservas. Se adapta muy bien a todo tipo de entornos.

Variedad Heinz 1370: desarrollada por la empresa Heinz en Estados Unidos de norteamérica, y creada específicamente para la elaboración de pasta de tomate (Ketchup), salsas y concentrados. Tiene alto nivel de resistencia a enfermedades, óptima productividad, tamaño mediano, pulpa carnosa y maduración uniforme, y diseñada para la industrialización a gran escala. De fácil manejo, prefiere climas templados y cálidos, y puede cultivarse en campos abiertos e invernaderos.

Variedad Ace 55: este tomate es de una óptima calidad y su suave sabor es ideal para el consumo al fresco. Contiene bajo nivel de acidez y sus frutos son grandes, homogéneos, jugosos y con pocas semillas. Esta variedad fácilmente cosechable y de bajo mantenimiento, es productiva también para huertos medianos y pequeños, y también se adapta al sembrado en campos abiertos e invernaderos.

Variedad Homestead: altamente resistente al calor y se desarrolla con facilidad en condiciones climáticas desfavorables. Homestead es adecuada para cultivarse en campo abierto y a temperaturas elevadas y aquellas con limitaciones hídricas. Muy apropiada para consumirla al fresco en ensaladas, salsas y conservas por su sabor equilibrado, textura firme, bajo nivel de acidez y pulpa carnosa. Debido a su alta resistencia al calor, generalmente se cultiva en el Mediterráneo, en zonas tropicales y al sur de Estados Unidos de norteamérica.

Ahora, analicemos las variedades de tomates indeterminados.

Variedad Marmande: de forma achatada y levemente arrugada, de gran tamaño y bajo contenido en agua. Esta variedad carnosa y jugosa es especial para guisos, estofados, ensaladas y cocina gourmet. Se adapta bastante bien al clima mediterráneo, en especial en el suroeste de Francia, en la región de Marmande, por lo que toma su nombre. Muy resistente a enfermedades, tolerante al frío temprano, y apropiada para ser cultivada en campos abiertos e invernaderos.

Variedad Muchamiel: originario de España y preferiblemente para consumirlo al fresco, en ensaladas, por su sabor intenso y textura jugosa. Es una variedad grande, lobulada, y muy apreciada en esta región mediterránea.

Variedad San Marzano: es un tomate alargado de pulpa carnosa y bajo contenido en agua. Originario de Italia y perfecto para la elaboración de salsas, conservas y triturados. Requiere de climas templados y suelos con buena capacidad de drenaje.

Variedad Cherry: esta variedad oriunda de América del Sur es ideal para añadir a ensaladas, y en snacks y aperitivos por su tamaño pequeño y dulce sabor. Muy apropiada para cultivar en invernaderos aunque en campo abierto se adapta bastante bien.

Variedad Beefsteak: este es un fruto de gran tamaño, carnoso y con pocas semillas, especial para el consumo al fresco y añadirlo en ensaladas. Por su tamaño es adecuado para cultivar en invernaderos.

Variedad Brandywine: de color rosa, dulce sabor y gran tamaño también. Prefiere climas templados y suelos bien acondicionados con materia orgánica. Muy valorado en ensaladas y platos gourmet.

Variedad Black Krim: esta variedad oriunda de Crimea, Rusia, es de color casi negro, muy oscuro y de sabor ahumado, para integrar en platos frescos y ensaladas. Muy apropiado para sembrar en climas cálidos e igualmente, suelos preparados con buen drenaje.

Variedad Green Zebra: variedad originaria de Estados Unidos de norteamérica, es un fruto pequeño, con un leve toque de acidez y de tonos verdes con líneas amarillas. Generalmente se usa para decorar ensaladas y platos gourmet. Adaptable a climas templados.

Variedad Costoluto Genovese: oriundo de Italia, grande en tamaño, de intenso sabor y textura carnosa. Es perfecto para preparar salsas y consumir al fresco. Fácilmente cultivable en invernaderos y en climas mediterráneos.

Variedad Yellow Pear: esta variedad europea es muy resistente a enfermedades y cultivada especialmente en huertos urbanos. Es un fruto pequeño con forma de pera y tonos amarillos uniformes.

Antes de cultivar tomates, ¿ Qué variedad debemos elegir?

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En el diseño de nuestro mapa de ruta, este será un aspecto crucial para lograr el éxito que proyectamos. La variedad que seleccionemos debe atender a muchas variables, tanto del entorno del que disponemos, como del clima en el que vamos a cultivar tomates, de la disponibilidad de recursos naturales y económicos con los que contamos, y, muy importante, tener el panorama definido sobre nuestros objetivos de producción y rentabilidad.

Bien. Estamos en capacidad de hacer un examen de las variedades que realmente necesitamos. Vamos a escoger aquellas que son más resistentes a nuestras variaciones climáticas, si es nuestro caso. Las variedades determinadas que produzcan frutos elevados del suelo, serán más convenientes si iniciamos la siembra en temporadas de primavera y verano. El resultado será una cosecha apta para industrializar, exportar y comercializar en nuestros mercados habituales.

Cultivar tomates en España. Variedades más apropiadas.
Muchamiel.

Quizás esta variedad indeterminada es la más cultivada en España. Oriunda de la Provincia de Alicante y se adapta con mucha facilidad al clima mediterráneo. Altamente productiva, de sabor intenso, dulce y color rojo intenso, con un ciclo aproximado de crecimiento y hasta la cosecha entre 80 y 90 días. Son frutos grandes, redondos y levemente lobulados. Su pulpa carnosa y jugosa nos permite elaborar salsas caseras, guisos y ensaladas frescas.

Muchamiel es muy apropiado para sembrar tanto en huertos domésticos y urbanos como en grandes extensiones de terreno para fines comerciales, aun cuando es conveniente controlar todos sus tiempos y procesos de desarrollo para evitar enfermedades como el mildiu y el oídio, lo cual significa que su nivel de resistencia es intermedio. Por su condición de variedad indeterminada, el tomate Muchamiel producirá flores y frutos hasta el término de la temporada de cultivo y en condiciones climáticas favorables como en la costa este y sur de este país.

Como es una planta de crecimiento vertical y robusto, necesitaremos los siguientes controles:

  • Implementar tutorados adecuados para darle soporte a los tallos.
  • Extender el acolchado de papel biodegradable para evitar que los frutos entren en contacto directo con el suelo, así como mantener los niveles de humedad y aireación necesarios e inhibir la aparición y proliferación de hongos y malas hierbas.
  • Podar regularmente para mantener su energía vital a todo lo largo de la estructura de la planta y permitir una aireación fluida en el sembrado.
  • Esta variedad es tolerante a resistir temperaturas altas durante el verano, pero va a requerir riego regular para evitar el estrés hídrico y el resquebrajamiento de los frutos.
  • Si queremos prolongar la producción y la rentabilidad, es recomendable plantar tomates Muchamiel en invernaderos para que de esta manera podamos establecer un manejo más controlado de todo el proceso de cultivo y cosechas.
Marmande.

Esta variedad es muy apreciada no sólo en España, especialmente en zonas como la Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía y Cataluña, sino en el resto de Europa. Originaria de Francia, su cultivo se ha extendido y adaptado al clima mediterráneo, atlántico y templado, por lo cual es una excelente opción para huertos urbanos, invernaderos y grandes extensiones para fines comerciales.

Marmande también es una variedad indeterminada, de crecimiento vertical y continuo con un ciclo de desarrollo entre 80 y 90 días a partir del trasplante, y producirá de 4 a 6 tomates en cada brote, y flores y frutos durante toda la temporada. Además, es importante implementar tutorados y podas regulares para lograr óptimos resultados.

Requiere de riegos continuos para evitar el resquebrajamiento de los frutos, y para evitar estos riesgos necesitamos hacer uso del acolchado de papel biodegradable, pues conserva la humedad necesaria del suelo desde el inicio del sembrado hasta los tiempos para la cosecha.

Por ser un fruto grande y jugoso, es muy apropiado para la preparación de guisos, platos gourmet, salsas y ensaladas frescas.

Plantar tomates en Italia y Francia. Variedades indeterminadas más apropiadas.

En estas regiones mediterráneas y climas templados, cultivar tomates ya es una verdadera tradición. Estas condiciones son muy apropiadas para obtener cosechas de excelente sabor, resistencia y calidad para la gastronomía. A continuación, haremos una lista de las variedades indeterminadas más cultivadas en estas regiones.

San Marzano: Italia, región de Campania. Requiere suelos con buena capacidad de drenaje y se obtiene buena producción en campos abiertos. Su fruto es alargado, bajo contenido de agua y pulpa espesa. Ideal para la elaboración de salsas como la Napolitana, sugo di pomodoro, conservas y triturados.

Costoluto Genovese: Italia, Génova. Es un fruto grande, lobulado, con muy buena producción en el norte de Italia y en invernaderos, y especialmente valorado en la preparación de ensaladas y salsas frescas y platos gourmet.

Roma VF: esta es una variación genética mejorada de los tomates Roma, cultivada a gran escala en el sur de Italia. Sus frutos son alargados, de pocas semillas y muy apropiados para pastas de tomate, salsas y conservas.

Cherry Piennolo del Vesuvio: Nápoles, Italia. Pequeños de dulce sabor y se almacenan colgados en forma de ristras para secarlos y conservarlos por más tiempo. Muy resistentes a climas secos, altas temperaturas y especiales para preparar ensaladas, platos frescos y en deshidratado.

Marmande: como hemos analizado anteriormente, estos frutos oriundos de la región de Marmande, Francia, son muy populares en los mercados locales de la Provenza y Aquitania. Especiales para preparar platos gourmet, salsas frescas y ensaladas.

Coeur de Boeuf (Corazón de Buey): frutos grandes, lobulados con forma de corazón, muy apreciados en los mercados parisinos y apropiados para presentar cortados en rodajas en platos gourmet y ensaladas frescas. Requieren tutorados sólidos y continuos por su gran tamaño.

Noire de Crimee (Negro de Crimea): estos frutos casi negros de sabor ahumado, necesitan suelos ricos en materia orgánica. También son muy populares en la elaboración de platos gourmet y ensaladas frescas.

Andine Cornue: alargados, curvos y casi puntiagudos, y por esto se les conoce como la Cornue des Andes. De pulpa carnosa y pocas semillas, ideales para la preparación de salsas suaves y tomates rellenos.

Acolchado de papel biodegradable para cultivar tomates.

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En esta parte del recorrido de nuestro espacio agrícola, debemos tomar en cuenta que tomar precauciones previas nos garantiza el éxito de nuestro proyecto, sobre todo, si disminuimos la inversión inicial y aquellos extras que tengamos que abonar durante el resto del trayecto de nuestro cultivo.

Implementando el uso del acolchado de papel biodegradable, veremos resultados muy convenientes y satisfactorios a la hora de recoger nuestros frutos, y al mismo tiempo nos evitaremos costes inesperados que pueden mermar nuestra inversión. Por otro lado, lograremos un cultivo sostenible y de óptima calidad.

El acolchado de papel es nuestro verdadero asistente de cultivos pues, al extenderlo sobre el suelo una vez que hayamos preparado debidamente el terreno para cultivar tomates, va a equilibrar los niveles de humedad, y va a inhibir la aparición y proliferación de juncia y otras malas hierbas que pueden deteriorar el sistema radicular de nuestras plantas.

Además, tanto el comportamiento agronómico como la fase de crecimiento vegetativo de nuestro sembrado se desarrollarán con alta capacidad de resistencia a adquirir enfermedades y producirán frutos robustos, sanos y libres de fertilizantes químicos-tóxicos que serán contraproducentes a la hora de comercializar nuestros productos.

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Entornos adecuados para cultivar tomates.

Comencemos por los cultivos de tomate en campo abierto.

Si habitamos en regiones con climas templados a cálidos, nos será muy beneficioso cultivar tomates al aire libre donde puedan recibir al menos 6 u 8 horas de luz solar directa y se desarrollen en temperaturas de 18° a 26° C.

El suelo adecuado debe tener buena capacidad de drenaje, con un nivel de pH entre 6.0 y 6.8 y ricos en materia orgánica. Es recomendable evitar cultivar tomates en zonas que puedan someterse a temperaturas extremas, desde heladas intensas hasta sequías frecuentes, y con pocas posibilidades de irrigar con regularidad.

Al implementar el uso del acolchado de papel biodegradable, vamos a evitar imprevistos no deseados pues podremos controlar los niveles adecuados de humedad y nutrientes, así como la aparición y proliferación de malas hierbas, hongos y otras enfermedades comunes del suelo.

Recordemos también que, al biodegradarse nuestro acolchado de papel, vamos a rotar los cultivos para reacondicionar el suelo y, haciendo las enmiendas necesarias, podremos continuar nuestra actividad agrícola con más seguridad extendiendo de nuevo nuestro acolchado de papel.

Cultivar Tomates en Invernadero.

En estos casos tendremos mucho más control sobre el hábitat que necesitamos para el crecimiento sano y robusto de nuestras plantas. En un invernadero podemos prolongar los tiempos de crecimiento y cosecha, iniciar el sembrado fuera de temporadas, y además vamos a prevenir y excluir daños e inconvenientes que provienen de factores externos.

La temperatura correcta de debemos mantener durante el día será entre 21° y 27°C, y en las horas nocturnas controlaremos un equilibrio hasta 15°C preferiblemente. Los niveles de humedad entre 65% y 70% nos permiten prevenir enfermedades comunes y fomentar la polinización, que puede ser asistida con el uso de polinizadores eléctricos, por ejemplo.

Otro aspecto importante es la ventilación del invernadero. Vamos a tomar medidas para que la circulación de aire dentro de nuestro hábitat sea fluido y constante, y así podamos evitar la acumulación de humedad.

Cultivar Tomates en macetas y contenedores.

Cuando disponemos de espacios reducidos como balcones, terrazas y patios pequeños, cultivar tomates se convertirá en una actividad muy satisfactoria y productiva, pues estas especies se adaptan fácilmente a cualquier área siempre y cuando reciba luz solar al menos durante 6 a 8 horas diarias.

Utilizaremos macetas o contenedores que tengan alrededor de 30 cm de profundidad, con orificios inferiores para un drenaje adecuado. Esto nos va a facilitar movilizarlos eventualmente. Prepararemos la tierra con materia orgánica o compost, ambos bien disueltos y sin residuos vegetales, o duros o plásticos. Fertilizamos cada 2 o 3 semanas con niveles equilibrados de abono. Recordemos que la tierra debe tener buena capacidad de drenaje para evitar encharcamientos.

Cultivar Tomates hidropónicos.

Como sabemos, la hidroponía es el cultivo que hacemos sin tierra; usamos una base nutritiva en forma de solución. En estos casos vamos a conservar una temperatura aproximada de 22° a 26°C, y un pH entre 5.5 y 6.5 para permitir la correcta absorción de nutrientes. Además, es muy importante que podamos controlar los niveles de aireación de la solución nutritiva. Debemos hacer una revisión periódica… una bitácora… de todo nuestro cultivo. El entorno ideal para mantener el control de todo el proceso de cultivo de una hidroponía es un invernadero.

Clima adecuado para cultivar tomates.

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La familia Solanum lycopersicum, de la cual forman parte nuestros tomates, son plantas termófilas, lo que significa que necesitan temperaturas cálidas para crecer saludables y con frutos de óptima calidad, por lo cual, se van a desarrollar mucho mejor en climas tropicales, subtropicales o mediterráneos.

Estudiemos en detalle los niveles de temperatura que vamos a controlar en cada paso del crecimiento de nuestras plantas:

  • Fase de germinación: temperatura óptima de 20° a 30°C.
  • Fase del crecimiento vegetativo: 18° a 25°C.
  • Fase de floración y cuajado: 20° a 24°C.
  • Fase de maduración del fruto: 22° a 26°C.

Debemos evitar cultivar tomates a temperaturas inferiores a 10°C y superiores a 35°C, pues los resultados de nuestro mapa de ruta agrícola no será el que deseamos. Asimismo, es vital tomar en cuenta que la humedad adecuada que permite un desarrollo de frutos sanos y robustos oscila entre 60% y 70%.

Para esto implementamos el uso del acolchado de papel biodegradable, que no solamente va a controlar los niveles de humedad del suelo e inhibir la aparición de malas hierbas, sino que va a reducir el contacto directo de hojas y frutos con la composición de la base de cultivo.

Nota para guardar en nuestros registros de cultivo: Luz solar mínima (6 horas diarias) y máxima (10 horas diarias), para que podamos tener la garantía de lograr con éxito la fotosíntesis adecuada para el desarrollo vegetativo, los niveles de producción de azúcares y componentes aromáticos del fruto y la estabilidad de la humedad foliar.

¿Podemos cultivar tomates en climas montañosos?
  • Si bien es cierto que estas plantas prefieren climas cálidos y estables, pueden cultivarse en zonas de montaña siempre y cuando seleccionemos aquellas variedades más resistentes, tengamos un plan muy controlado del manejo agronómico y tomemos medidas para mantener equilibrado el microclima.
  • La ventaja de plantar tomates en estos climas es que la temperatura del suelo se ve favorecida pues se producirá menos evaporación de agua y el desarrollo inicial del cultivo sucederá con mayor rapidez.
  • Por otro lado, pueden surgir inconvenientes como bajas temperaturas nocturnas y durante varias horas del día así como heladas tardías o tempranas, mayor intensidad de radiación solar y evaporación descontrolada sobre el sembrado debido a variaciones imprevistas del clima.
Es conveniente en estos casos tomar precauciones. Analicemos:
  • Seleccionar variedades determinadas de tomates, de ciclos cortos y muy adaptables a las temporadas limitadas como Roma y San Marzano.
  • Podemos implementar micro túneles o mallas térmicas para contrarrestar las bajas temperaturas y así poder proteger las plántulas durante su crecimiento vegetativo.
  • Extender el acolchado de papel biodegradable para evitarnos eventuales daños en el sistema radicular por exceso de humedad o invasión de malas hierbas, plagas y enfermedades.
  • Debemos aplicar fertilizaciones foliares orgánicos para fomentar la capacidad de nutrición de la planta a través de sus hojas, pues durante las bajas temperaturas el crecimiento se hace más lento.

Preparación del suelo para cultivar tomates.

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Ahora hagamos un plano para definir cómo debemos preparar el suelo para plantar tomates en diferentes entornos.

Preparando el suelo en campo abierto.

Es el procedimiento más común que se sigue generalmente en climas mediterráneos, cuando vamos a diseñar huertos domésticos, comunitarios o en grandes extensiones.

En primer lugar haremos un análisis de la naturaleza del suelo con el que contamos, y trabajaremos la tierra rompiendo cualquier compactación hasta aproximadamente 30 cm de profundidad, eliminando materiales duros, rocosos, residuos plásticos o metálicos, restos de cultivos anteriores y de malas hierbas incipientes.

A continuación vamos a incorporar los nutrientes: estiércol o compost maduro, siempre muy sueltos y secos, y luego nivelamos toda el área de cultivo para lograr riegos uniformes e impedir que se generen encharcamientos desde el inicio del sembrado.

Asimismo, haremos las enmiendas necesarias para lograr una composición franco-arenosa, ligera, suelta, con buena capacidad de drenaje, buena aireación y rica en nutrientes. Aproximadamente la composición de estos suelos debe tener 60 a 70% de arena, 20% a 30% de Limo y 10% a 15% de arcilla, de tal manera que resulte una tierra granulada y fácil de manipular.

Este tipo de suelo permite un desarrollo rápido del sistema radicular, y acompañado del acolchado de papel biodegradable desde el inicio de la siembra hasta el tiempo de la cosecha, evitaremos imprevistos no deseados como la aparición y proliferación de malas hierbas y hongos, encharcamientos o degradación del terreno.
Debemos mantener un pH de 6.0 a 6.8 y ligeramente ácido para la correcta absorción de nutrientes, además de materia orgánica suficiente para enriquecer la estructura de las plantas y la actividad microbiana.

Preparando el suelo en invernaderos.

En este tipo de entorno es importante tomar medidas al término de cada sembrado, pues puede empobrecerse el suelo con rapidez y es por esto que nos veremos en la necesidad de desinfectar preventivamente, haciendo solarizaciones y tratamientos ecológicos para erradicar patógenos remanentes y resistentes.

Luego vamos añadir compost y humus de lombriz para recuperar el hábitat microbiano adecuado, siempre sobre camas elevadas o bancales para que podamos manipular con más comodidad nuestro cultivo y asegurarnos de controlar toda la estructura hídrica. Extendiendo el acolchado de papel biodegradable antes del trasplante, nos garantiza plantas robustas y sanas, y evita que entren en contacto directo con la tierra y la humedad.

Preparando el suelo en climas de bajas temperaturas y zonas montañosas.
  • En estas condiciones tendremos suelos más ligeros, ácidos y no tan ricos en actividad microbiana debido a las temperaturas más frías.
  • Se nos presentan entonces medidas diferentes como son hacer las enmiendas de tal manera que logremos un pH de 6.0, y en caso de que sea inferior añadiremos cal agrícola, incorporaremos materia orgánica de alta calidad y estiércol, como ya sabemos, bien disueltos, descompuestos y secos.
  • No debemos hacer labranzas profundas pues fomentamos el enfriamiento del suelo, y es muy recomendable extender el acolchado de papel biodegradable antes del sembrado, para evitar inconvenientes posteriores, y poder retener el calor de la luz solar durante el día.
Preparando el suelo en macetas y contenedores.

Estos deben tener al menos unos 30 cm de profundidad con orificios suficientes en la base y una pequeña capa de arcilla o grava que pueda permitir un buen drenaje. Los componentes adecuados serán aproximadamente de un 40% de tierra fértil para huerto, 30% de compost orgánico, 20% de fibra de coco o perlita, y 10% de humus de lombriz. Y siempre recordando llevar un registro de mediciones y adiciones de nutrientes.

Fertilización y mantenimiento del cultivo de tomates.

Siguiendo nuestro mapa de ruta para cultivar tomates, tocamos ahora dos aspectos fundamentales. Haremos un análisis para tenerlo en cuenta.

Fertilización previa al trasplante: agregar compost maduro o humus de lombriz, y abonos ricos en fósforo para estimular el desarrollo del sistema radicular, potenciar la capacidad de absorción de nutrientes y la resistencia y tolerancia al proceso de trasplante y las enfermedades eventuales del suelo. En esta etapa aplicaremos dosis bajas de nitrógeno.

Fase del crecimiento vegetativo: a partir del día 15 del sembrado comenzarán a desarrollarse el tallo, hojas y ramificaciones, y es aquí donde vamos a aplicar dosis más altas pero moderadas de nitrógeno, calcio y micronutrientes (magnesio, zinc y boro)

Etapa del inicio de la floración: aproximadamente hacia el día 40 del trasplante, se formarán los botones. Debemos añadir fósforo, potasio en niveles equilibrados, y boro para fomentar el cuajado ( la transformación de la flor en fruto). Una vez iniciado el cuajado, aplicaremos calcio y micronutrientes, y mayores dosis de potasio.

Fase de desarrollo de los frutos: necesitamos altas dosis de potasio y reducimos los niveles de nitrógeno, para favorecer la acumulación de azúcares y el engorde de nuestros tomates.

Etapa de la maduración y cosecha: aun en esta fase debemos añadir potasio y calcio para definir y mejorar la coloración y el sabor de los frutos, y haremos riegos moderados.

Tiempos de cosecha y almacenamiento del tomate.

En esta etapa final vamos a considerar la variedad que elegimos y el entorno que hemos diseñado para plantar tomates. El tiempo de recolección aproximado oscila entre 60 y 90 días a partir de la fecha del trasplante.

Debemos observar que nuestros frutos presenten un color uniforme, firmes pero elásticos al tacto y deben ceder ligeramente si hacemos presión. En el momento de separarlos del pedúnculo se desprenderán sin mayor esfuerzo y percibiremos un agradable aroma al hacerlo. En caso de plantar tomates con fines comerciales, es recomendable hacer la recolección cuando nuestros frutos inicien el cambio de color, antes de adquirir sus tonos definitivos, para que el proceso de transporte sea más fácil y podamos extender su vida útil.

En regiones cálidas y en tiempos de verano, debemos cosechar cada 2 o 3 días, y en otoño cada 3 o 4 días. Si hemos cultivado en invernadero, es recomendable hacer la recolección cada 3 o 4 días también. Cuando hacemos las cosechas con estas frecuencias, vamos a evitar la sobre maduración de nuestros frutos, mejoramos la calidad y prevenimos las enfermedades.

Para retirar los frutos debemos girarlos poco a poco hasta que se desprendan, o cortarlos con tijeras limpias y secas, y es necesario retirar también aquellos que presenten deformaciones, grietas o deterioros por plagas, con el fin de evitar posibles contaminaciones.

¿Cómo debemos almacenar los tomates?

Este es un momento delicado de nuestro mapa de ruta, pues aquí vamos a definir la calidad de nuestro producto.

  • La temperatura adecuada para reservarlos oscila entre 12° y 15°C. Niveles más bajos van a ocasionar la pérdida de sabor y textura de los frutos, y temperaturas superiores a este rango aceleran la maduración y, por lo tanto, su vida útil.
  • Asimismo, una humedad relativa de 85% a 90%, evitará que nuestros frutos se deshidraten y se deformen.
  • Almacenar los tomates frescos en refrigeradores domésticos es contraproducente porque sus membranas celulares se debilitan; es recomendable entonces colocarlos en cajas abiertas o bandejas y separarlos por su grado de madurez, para lograr homogeneidad en nuestro almacenamiento.
  • Si vamos a consumir nuestros tomates de inmediato, los almacenamos a temperatura ambiente a la sombra y colocados en paralelo en la medida de lo posible, para evitar aplastamiento.
  • Aquellos destinados para la venta en mercados locales se deben almacenar en cajas ventiladas, al fresco y a la sombra, y transportarlos durante las primeras horas del día, y los tomates que van a ser procesados en salsas, conservas o para deshidratar, los vamos a cosechar en su punto máximo de maduración, pero es importante comenzar la industrialización dentro de las 24 a 48 horas posteriores a la recolección.

Plagas y enfermedades comunes del tomate.

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Comencemos por analizar las plagas comunes que invaden nuestro cultivo de tomates.
Mosca blanca (Bemisia tabaci y Trialeurodes vaporariorum).
  • Descripción: son pequeñas moscas de color blanco que anida en el envés de las hojas alimentándose de la savia y debilitando gradualmente la planta. Transmiten el virus del rizado amarillo en el caso de los tomates.
  • Síntomas: las hojas adquieren un tono amarillento y se van enrollando, además presentan una melaza pegajosa y fumagina (hongo negro).
  • Métodos de control: colocar trampas cromáticas amarillas, aplicar insecticidas biológicos a base de aceite de neem, y controlar biológicamente introduciendo Encarsia Formosa: una pequeña avispa de la familia Aphelinidae, muy utilizada en la agricultura para combatir específicamente esta mosca blanca, y en invernaderos para mantener el control de los cultivos de tomate, pepino, pimiento y plantas ornamentales.

Más información sobre esta pequeña avispa en este link:

https://es.wikipedia.org/wiki/Encarsia

Tuta absoluta (polilla del tomate).
  • Descripción: esta es una de las plagas más invasivas y dañinas en el cultivo del tomate. Las larvas perforan toda la estructura de la planta y disminuyen sus defensas contra otras infecciones.
  • Síntomas: las hojas presentan perforaciones, dentro de los frutos se originan daños irreversibles, y aparecen larvas y excrementos en las hojas.
  • Métodos de control: colocar trampas de feromonas, instalar mallas anti insectos y aplicar preventivamente productos a base de Bacillus thuringiensis, en pulverizaciones sobre todo el follaje.

Aquí presentamos una información interesante:

https://es.wikipedia.org/wiki/Bacillus_thuringiensis

Pulgones (Myzus persicae y otros).
  • Descripción: son insectos vectores de virus, es decir, organismos vivos que propagan rápidamente enfermedades virales de plantas contaminadas a plantas sanas y muy comunes en climas cálidos y húmedos. Los pulgones son altamente contaminantes y transmisores de virus que dañan completamente todo un cultivo.
  • Síntomas: brotes que crecen con deformaciones en su estructura, hojas rizadas, pegajosas y presencia de hormigas asociadas a estos insectos.
  • Métodos de control: extender previamente al trasplante el acolchado de papel biodegradable para controlar la humedad en el área, intervenir con mariquitas y aplicar jabón potásico en el suelo del sembrado.

Esta información nos puede interesar:

https://es.wikipedia.org/wiki/Aphidoidea

Ahora revisemos las enfermedades frecuentes en el cultivo de tomates.
Mildiu (Phytophthora infestans).
  • Descripción: es un hongo que prolifera en climas húmedos y temperaturas moderadas, y si no lo detectamos a tiempo corremos el riesgo de perder toda nuestra siembra.
  • Síntomas: la estructura de la planta comienza a mostrar manchas de tonos grisáceos, y en las zonas con mayor nivel de humedad observamos caída prematura de las hojas y descomposición general de nuestros tomates.
  • Métodos de control: diseñar la zona del cultivo de tal manera que tenga capacidad para una buena ventilación continua, implementar tratamientos preventivos con cobre o extractos vegetales autorizados, y extender el acolchado de papel biodegradable antes del trasplante, para evitar todos los síntomas que facilitan la aparición de estas plagas y enfermedades.
Oídio (Leveillula taurica, Oidium lycopersicum).
  • Descripción: aparece en forma de polvo blanco sobre las hojas, sobre todo en invernadero y espacios con poca ventilación.
  • Síntomas: polvo blanco, decoloración y caída prematura del follaje, crecimiento muy lento y casi detenido.
  • Métodos de control: controlar el exceso de humedad y la evaporación continua de agua, extendiendo previamente el acolchado de papel biodegradable, y añadir azufre mojable para disminuir los daños.
Botritis o moho gris (Botrytis cinerea).
  • Descripción: esta enfermedad aparece en condiciones de alta humedad y afecta completamente toda la estructura de la planta.
  • Síntomas: moho gris y podredumbre blanda, lesiones acuosas que se expanden rápidamente, y
  • Necrosis de flores y frutos.
  • Métodos de control: eliminar las partes infectadas sin dejar residuos, sólo irrigar hacia el suelo y no en dirección al follaje, y utilizar de antemano el acolchado de papel biodegradable para que los frutos no entren en contacto con el suelo.
Virus del mosaico del tomate (ToMV).
  • Descripción: este virus es una enfermedad irreversible que se transmite por cualquier tipo de contacto e insectos vectores.
  • Síntomas: el follaje presenta manchas en forma de mosaico verde claro y oscuro, se deforman y manchan los frutos, lo que los inutiliza para el consumo.
  • Métodos de control: lavar y desinfectar cuidadosamente las herramientas, eliminar las plantas infectadas sin dejar residuos y seleccionar semillas certificadas con fechas actuales en la medida de lo posible.

Reflexiones Finales.

Siempre que visualicemos cultivar tomates en nuestro mapa de ruta agrícola, haremos de antemano un plan detallado para cubrir todos los imprevistos en la medida de lo posible. Vamos a estudiar y tomar notas sobre las condiciones del entorno y el clima en el cual vamos a iniciar nuestro cultivo, considerando nuestra capacidad para afrontar (y disfrutar) los pasos de mantenimiento, fertilización y poda, recolección y almacenamiento adecuados de nuestro sembrado.

Según el propósito que nos hayamos trazado, sea comercial, doméstico o simplemente por el placer de tener ese contacto tan maravilloso y enriquecedor de ver crecer y cuidar etapa por etapa nuestro cultivo, tomaremos previsiones para que logremos con éxito y óptimo resultado nuestra idea inicial.

Cultivar tomates representa una actividad que nos hará crecer día a día, en conocimiento y adquisición de nuevas destrezas para manejar con seguridad todos los eventos que se nos pueden presentar durante este hermoso proceso de crecimiento.

Parte de este aprendizaje es contar con nuestro asistente protector, el acolchado de papel biodegradable, que nos beneficia desde el inicio hasta el término de nuestro plan, y nos evitamos hacer inversiones adicionales pues este material cubre todas la necesidades agrícolas y sostenibles, desde el trasplante de las plántulas o la siembra de las semillas, hasta la cosecha de tomates robustos, sanos y muy apetecibles para nosotros y para el mercado al que vamos a destinarlos.

Así que, manos a la obra y muchos éxitos!

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